Treinta y uno del mes primero... Después de ti.
Hola Mar ¿Cómo te va? ¿Qué ha sido de tus conflictos con papá? ¿Ya aventajaste en la escuela?
...Te platico un poco más de mi, sigo siendo, o soy más bien, el mismo romántico y meloso de siempre, el que siempre te embriaga de palabras tiernas y te amarga de recuerdos dulces... Te escribo hoy, hoy viernes, porque después de un mes, hoy es veintidós y te tenía que escribir... Reitero, hace un mes de lo nuestro, de lo de nadie, pues fue hace como mil años, oculto al mundo y si no hay quien lo sepa, si solo somos los dos, es una lágrima existencial sin punto de caída, al extremo que siento entumidos mis sentidos y creo que aun te siento... Tanto y tan poco, como un ojo de tormenta; pequeño, transitorio pero devastador...
Quisiera comenzar poniendo las cosas en una retrospectiva clara y concisa, real y honesta, porque ante todo te quiero tanto que no profiero mentira alguna sobre mis sentimientos, y así, siendo congruente con mi actuar, debo ser claro en algunos puntos:
Uno) Yo deseaba, de corazón, llamar tu atención a como diera lugar para el día de ese evento. Absurda y hasta cierto punto, tontamente mi atuendo fue poco visto, al tenor de la circunstancia, no era el adecuado (¿lo recuerdas, la corbata y gabardina?), tuve que cambiarlo porque las circunstancias del día no permitían que fuera la apariencia correcta, sin embargo, confieso plenamente que me vestí así para ti, totalmente para ti, para de alguna manera impactar tu rango visual y por lo menos, y digo, por lo menos, aceptaras bailar una pieza musical conmigo. Sin embargo, a las pocas horas, cuando apareciste en escena, me dejaste boquiabierto con tu hermosura y belleza...
Dos) Me irrité en el cambio de planes, yo tenía contemplado que fueras conmigo, llevarte (claro que irían chaperones) y conducir tu camino, sin embargo fui relegado a otras tareas por lo cual, vacilé seriamente en acudir... Pisé casa, por la furia de saberme hecho a un lado, pero ya estando en el viejo sofá, este del que siempre hablo, medité y concluí que no tenía caso el enojo, la molestia y decidí volver a tu camino...
Tres) Yo deseaba cuidarte a plenitud, solo que no fui precavido, pues te cuidé de todos, menos de mi mismo... Un miserable que no debería tener cabida en un mundo tan bello como el tuyo... El plebeyo de tus realidades.
Con estas aristas, te expreso mi sentir, en donde la única realidad es que estos escasos treinta días, han sido los más revulsivos en toda mi vida, he vivido de todo, he sudado, he sangrado, he reído a más no poder, he soñado, he distinguido, me he enamorado como nunca jamás me enamoré... y he llorado, como nunca jamás lloré.
Conocerte a ti, fue lo mas preciso del mundo, fue encontrarle sentido a mi vida. Es jugar a la ruleta rusa cada que te escribo para saber si en suerte contestas uno de mis cuentos o al menos me envías un texto cifrado, una pista o una clave que al menos me piensas un instante en tu agetreado día... De realidad creo que como bien me mencionaste en la última charla, todo es muy intenso, pero creo que también parte de esa intensidad que percibiste fue porque en medio de mi euforia por ti, me expresé de más... Cuando te hablé de casarnos, de tener hijos y nietos, de nuestros viajes juntos y vivir juntos, de la boda por la iglesia y vivir en medio de un cuento, claro que hablaba en serio, Dios padre sabe que daría mi vida por vivirla a tu lado por completo, y más con la bendición de él... El tema aquí, fue que el canal de comunicación fue errático, equivocado, yo te profiero mis deseos, pero debo empatarlos con los tuyos y siempre estuve pensando esas quimeras para cuando tú estuvieras lista, para cuando tú me dijeras "si, ya es momento de hacer una vida juntos", pero creo que interpretaste como que deseaba eso de inmediato, lo cual visto desde todos los ángulos, es totalmente insano y hasta estremecedor. Mi visión va, o iba, más allá, más allá del alcance de tu vista y más allá de lo que mi realidad me dicta, esperarte a que te sientas preparada, ese era el foco central de proferirte mi amor, el cuánto te amo, así como sigo esperando ese día, en que me digas que estás lista, pero si se da, se dará cuando estés lista, mientras tanto, yo no deseaba sufrir tu lejanía, mi exilio viviendo en la embajada del olvido es un castigo que no le deseo ni al peor de mis enemigos...
Las pequeñas grandes decisiones, cuando acariciaba tu cabello, no sé si recuerdes, pero en muchas ocasiones miraba rumbo a la puerta, buscaba una ruta de escape para no dejarme vencer por mis deseos, pero fui débil y entonces pasó, te besé y me correspondiste como jamás nadie me ha besado, los mejores besos de mi vida sin duda alguna en la mil ciento uno del lugar de mis sueños, espero que no el de tus pesadillas... Pero esa decisión, de quedarme, fue la que me marcó por completo ¿Qué hubiera pasado si me hubiera ido sin darte ese beso? Seguramente te hubieras enojado mucho y hubieras dicho mi nombre en voz alta, o hubieras continuado con tus intentos fracasados de conciliar el sueño que no llegaba o simplemente al recibir su llamada, te hubieras quedado dormida y no hubiera pasado nada...
El punto es que sucedió, ya eso no se puede cambiar, como no se puede cambiar que hoy en día soy un ser a la mitad, porque mi otra mitad se fue contigo cuando me quedé abandonado de ti. Cuando me dijiste, hace unos pocos días "me gustas, por qué", me diste una bocanada de aire, me diste oxígeno y me diste un poco de calma, porque tú también me gustas y mucho, y seguro estoy que sí te gusto, que sí me quieres, y yo sé que sí me quieres, y sé que sientes algo por mi, por eso me alejas, porque de quien no se siente nada y hay indiferencia, se le mantiene, y tú me has condenado a la distancia por el miedo del amor que comienzas a sentir por mi; y yo te digo mujer, tú también me gustas, así como yo también te quiero y así como yo también siento algo (un universo entero) por ti, de que Te Amo con locura, Te Amo con locura, y tengo mi fe que un día vas a buscarme y entonces no te preguntaré nada, no te diré nada, solo te abrazaré, te besaré y te pediré que aceptes ser mi novia, que yo gustoso te amaré por los cielos y los mares, por los tiempos y las horas, por el mundo y el universo, holísticamente todo en ti y en mi... Y nunca más nos separaremos jamás... Bailaremos la pieza musical que nos faltó, esa y mil millones más.
Héctor Eduardo.
P. D. Cuando te besé por ver primera y sentí lo calientito del interior de tus labios, debo confesar que tenía miedo, sentí mucho miedo, miedo de que cada uno de los besos que nos dimos, fuera el último y que jamás volvería a besarte, pues no había un guión que dictara en cuál de ellos, mi boca entraría en veda para volverte a besar... Te amo Mar.
"Ya probé con el Yoga, el Hare Krishna y el Vudú. Ya probé con un brujo, un adivino y un gurú, pero me sigo volviendo viejo... Y tu no apareces por ninguna parte..."
Con estas aristas, te expreso mi sentir, en donde la única realidad es que estos escasos treinta días, han sido los más revulsivos en toda mi vida, he vivido de todo, he sudado, he sangrado, he reído a más no poder, he soñado, he distinguido, me he enamorado como nunca jamás me enamoré... y he llorado, como nunca jamás lloré.
Conocerte a ti, fue lo mas preciso del mundo, fue encontrarle sentido a mi vida. Es jugar a la ruleta rusa cada que te escribo para saber si en suerte contestas uno de mis cuentos o al menos me envías un texto cifrado, una pista o una clave que al menos me piensas un instante en tu agetreado día... De realidad creo que como bien me mencionaste en la última charla, todo es muy intenso, pero creo que también parte de esa intensidad que percibiste fue porque en medio de mi euforia por ti, me expresé de más... Cuando te hablé de casarnos, de tener hijos y nietos, de nuestros viajes juntos y vivir juntos, de la boda por la iglesia y vivir en medio de un cuento, claro que hablaba en serio, Dios padre sabe que daría mi vida por vivirla a tu lado por completo, y más con la bendición de él... El tema aquí, fue que el canal de comunicación fue errático, equivocado, yo te profiero mis deseos, pero debo empatarlos con los tuyos y siempre estuve pensando esas quimeras para cuando tú estuvieras lista, para cuando tú me dijeras "si, ya es momento de hacer una vida juntos", pero creo que interpretaste como que deseaba eso de inmediato, lo cual visto desde todos los ángulos, es totalmente insano y hasta estremecedor. Mi visión va, o iba, más allá, más allá del alcance de tu vista y más allá de lo que mi realidad me dicta, esperarte a que te sientas preparada, ese era el foco central de proferirte mi amor, el cuánto te amo, así como sigo esperando ese día, en que me digas que estás lista, pero si se da, se dará cuando estés lista, mientras tanto, yo no deseaba sufrir tu lejanía, mi exilio viviendo en la embajada del olvido es un castigo que no le deseo ni al peor de mis enemigos...
Las pequeñas grandes decisiones, cuando acariciaba tu cabello, no sé si recuerdes, pero en muchas ocasiones miraba rumbo a la puerta, buscaba una ruta de escape para no dejarme vencer por mis deseos, pero fui débil y entonces pasó, te besé y me correspondiste como jamás nadie me ha besado, los mejores besos de mi vida sin duda alguna en la mil ciento uno del lugar de mis sueños, espero que no el de tus pesadillas... Pero esa decisión, de quedarme, fue la que me marcó por completo ¿Qué hubiera pasado si me hubiera ido sin darte ese beso? Seguramente te hubieras enojado mucho y hubieras dicho mi nombre en voz alta, o hubieras continuado con tus intentos fracasados de conciliar el sueño que no llegaba o simplemente al recibir su llamada, te hubieras quedado dormida y no hubiera pasado nada...
El punto es que sucedió, ya eso no se puede cambiar, como no se puede cambiar que hoy en día soy un ser a la mitad, porque mi otra mitad se fue contigo cuando me quedé abandonado de ti. Cuando me dijiste, hace unos pocos días "me gustas, por qué", me diste una bocanada de aire, me diste oxígeno y me diste un poco de calma, porque tú también me gustas y mucho, y seguro estoy que sí te gusto, que sí me quieres, y yo sé que sí me quieres, y sé que sientes algo por mi, por eso me alejas, porque de quien no se siente nada y hay indiferencia, se le mantiene, y tú me has condenado a la distancia por el miedo del amor que comienzas a sentir por mi; y yo te digo mujer, tú también me gustas, así como yo también te quiero y así como yo también siento algo (un universo entero) por ti, de que Te Amo con locura, Te Amo con locura, y tengo mi fe que un día vas a buscarme y entonces no te preguntaré nada, no te diré nada, solo te abrazaré, te besaré y te pediré que aceptes ser mi novia, que yo gustoso te amaré por los cielos y los mares, por los tiempos y las horas, por el mundo y el universo, holísticamente todo en ti y en mi... Y nunca más nos separaremos jamás... Bailaremos la pieza musical que nos faltó, esa y mil millones más.
Héctor Eduardo.
P. D. Cuando te besé por ver primera y sentí lo calientito del interior de tus labios, debo confesar que tenía miedo, sentí mucho miedo, miedo de que cada uno de los besos que nos dimos, fuera el último y que jamás volvería a besarte, pues no había un guión que dictara en cuál de ellos, mi boca entraría en veda para volverte a besar... Te amo Mar.
"Ya probé con el Yoga, el Hare Krishna y el Vudú. Ya probé con un brujo, un adivino y un gurú, pero me sigo volviendo viejo... Y tu no apareces por ninguna parte..."
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