Thursday, January 14, 2016

Dilema Existencial (Carta No.2)

Hola Mar ¿Cómo estás?

Vuelvo a conjugarte en este, mi soliloquio inconexo que siempre escribo para ti. Con la párvula creencia de que lo leerás y vendrás a mi... Es un sentimiento de asignatura pendiente, de una posibilidad, quasi diluida de que me busques y yo te recibiré con mis brazos abiertos, con el corazón por delante, con un abrazo de amor y hermandad pura, que lo que pase desde ese punto en adelante, yo me encargaré en vida y aún más allá, que sea motivo de tu felicidad, de tu realización a plenitud y apoyarte siempre en todas tus decisiones, así como te apoyé en ésta última, la decisión tuya que fue lapidaria para mi, la más difícil sin duda alguna de apoyarte, de estar contigo en las buenas, pero aun más en las malas, en donde me arrojé al fuego, en carne viva, por el tanto, tanto pero tanto amor que te tengo, por ti hago esto y más.

... Esta noche, me vi inmerso en un momento de debilidad, confesé mi amor por ti, por una sola en este mundo, la más grande, se lo confesé a una persona a quien guardo varias de mis venturas y desventuras. No sé qué tan buena fue esta charla, porque en un plano objetivo acrecentó mis miedos, explicándome que tu "Hasta Luego" que me dijiste en nuestra última charla, en realidad es un Adiós o Hasta Nunca, que el necesitar tiempo, es solo viable para quien se ha convertido en una incomodidad, que lo que pasó esa noche fue efectivamente lo que tu mencionaste Un Error y que solo quedó ahí, en un momento que pasó, en una acción impulsiva de mi parte, donde yo saqué ventaja creyendo ser el que tenía el control, cuando  la realidad es que solo fui sucumbido por tu amor, por tu belleza y por el desastre que hoy represento a mi humanidad... Des válido cardíaco, constipado de amor con cólicos de tu ausencia... No es un lloriqueo, o un arrepentimiento, si tuviera que elegir entre mil noches sin ti, a tener ese bello momento que vivimos juntos, porque para mi lo fue, fue un hermoso momento, lo elijo sin pensarlo, lo viviría de nueva cuenta una y otra vez.

... Mi terapeuta (si hay que llamarle de algún modo, le diremos así) dice que debo de olvidarte, y pronto, y agrega "ya pasaste por eso una vez, hace mucho, mucho tiempo y ya viste a dónde te llevó, hasta tocar fondo", y en cierta forma sé que tiene mucha certeza, que el Dolor de Recuerdo es el cáncer terminal más cruel, porque este no te lleva más que a morir todos los días sin morir, pero me aferro a ti, me aferro a un espejismo inmaterial que no es más que un catéter que extrae mis fastidiados anhelos no hechos realidad y que en este punto en el que me encuentro, están más lejos que nunca de verlos cumplir... Hay que hacer una meditación a conciencia, si lo que dice mi "terapeuta"  es lo acertado, volver al punto de origen, sin origen porque ya he visto modificado mi día a día; ya nada es igual que en el origen, y de ver la forma de cómo comenzar de nuevo, o  llevar la meditación a la alternativa, la que marca seguir con la prosa convexa que solo sirve de diurético a mis penas, pero que en su razón de ser, las agranda más.

¡Qué ciego creo creer que crees que soy!  ¿Acaso tendremos la mínima idea de lo que se está escapando, de lo que se va a ir? No, no lo creo, si hay algo que tengo en consideración hacia la vida misma, es que la vida misma hace que todo pase, todo momento, toda angustia, toda tristeza, toda felicidad, toda inocencia, todo amor puro, todo amor verdadero, toda mi huella dejada en tu arena y que el Mar, ha de borrar paulatinamente... Hasta que hayas olvidado olvidar olvidarme.

Mientras tanto, escribo estas líneas y la silla sola se retrae (tiene un serio problema con su suspensión, definitivamente) hasta caer al nivel del suelo, vaya analogía vertida en realidad, porque mi realidad, en este punto de la vida es ésta, mi pecho me dice que me de a notar, que me distingas en la marea de seres que te rodean, que te veneran, que me desviva por instalar en ti la luciérnaga esa, que ilumina mi corazón, que tu grillito en el hombro te diga e impulse a buscarme o enviarme una señal y que comience una historia que no tendría fin. La otra prerrogativa, es la que cierne mi razonamiento despistado, el cual me dice que debo alejarme, debo retirarme y volver a encontrarme, que todo lo dicho anteriormente es lo más hermoso del mundo, son los mejores deseos, pero jamás te he preguntado a ti qué es lo que buscas en realidad, nunca te he consultado si tus sueños son parecidos a los míos, y dentro de mi, confieso que es un egoísmo de mis aspiraciones sin tus anhelos y como consecuencia, nada de ello, lo mas probable, va a existir... Entonces vuelvo al origen de este dilema existencial ¿Continuar, aun muriendo pero luchando o morir en el silencio de tu eterna distancia?

Héctor Eduardo.

P. D. Si en alguno de tus sueños te encuentras con mi amor, trátalo con ternura y consuelo, pues lo he perdido yo...

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