Thursday, January 21, 2016

A Través de mi Piel

Hoy hice sacrilegio a tu memoria... hoy le mencioné a alguien más por tu nombre, fue un total epiteto para la afortunada que recibió por un solo segundo el bautizo de tu nombre, sin embargo, fue una catacumba a mi lengua, a mis certezas y a mis convicciones. No pasó desapercibido para la persona que le nombrara por otro nombre, decirle a alguien mas Mar (nombre completo) fue de llamar la atención, pero fue una distracción meramente neuronal, debido al desgaste de horas y horas concentrado en no pensar en ti, consiguiendo solo pensarte.

Dicen que las conexiones neuronales se colapsan ante las extremas pruebas que se ven sometidas, como por estrés, cansancio, desnutrición, entre otras más... Yo no lo creo, simplemente pienso que mi alma, mi espíritu tuvo una eclosión con el resultado de tu nombre dicho, fue invocarte por instinto meramente, solo esperando la fracción de segundo en que las neuronas dejaron de transmitir, se entrometió mi alma y dijo -te nombraré a ti- trayendo como resultado, pronunciar tan bello y armónico nombre.

Yo lo sostengo, no es cualquier cosa dicha falencia, sin embargo, y eximiendo a este aletargado ser, alego que me hizo sentir bien ser yo quien te mencione, porque cada que me preguntan por ti, y muchas veces lo han hecho, solo atino a callar, a esbozar una sonrisa y continuar en mi universo, continuar con la continua rutina de ver para enfrente sin desfogar el dolor y el recuerdo... Nunca jamás en la historia de la humanidad, alguien te había extrañado tanto como te extraño yo, en mil universos, en mil vidas, en mil historias y en mil escritos de mil autores distintos, jamás nadie te piensa, te sueña y te necesita tanto como yo... Al punto que menciono tu nombre por traición de mi lengua quien se ha confabulado con mi mente y me utilizan como vil carnada, solo para profesarte como una santa, como un todo y un nada, como el complemento a mi tristeza que huele a través de mi piel y tiene impregnado el aire con la sal de tanto llanto no expuesto...

Héctor Eduardo.

"Tanto te amo, que llevo tu nombre atorado en mi garganta, y es mi reserva para los tiempos de veda..."

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