Y en el arcoiris de mis sueños apareces tu, y en la fábula de la historia, siempre tú, eres esa Diosa, eres esa Dama, eres simplemente la alegría hecha persona. Eres mis silencios, eres mis inventos, eres el sueño que vivo despierto. Eres mi sinopsis, eres mi congruencia, eres de quien me he enamorado por completo. Eres el deshielo de mi alma, eres la silueta que espero ver en mi cama, eres la señal que Dios le dio a mi vida, eres simplemente por quien yo doy la vida.
Así mi Mar, mi océano, tan misteriosa y sin explorar, tan idealizada como una santa, tan venerada como un altar, y tan alabada como si te trataras de un ritual. Siempre tan completa y tan perfecta, tan exacta y tan discreta, tan hermosa y tan bella, eres la conjugación de la palabra Amar. Tan mística y cadenciosa, tan perturbada y tan humana, tan risueña y mujer, tan cercana y tan lejana.
En ti encuentro la vida, en ti encuentro el camino, en ti encuentro a mi amiga que tanto he pedido y hoy siento he perdido, en ti encuentro el destino, en ti encuentro alegría, en ti encuentro el agua para mi sed y la saciedad a mi olvido. En ti encuentro el sendero, en ti encuentro a mi alumna, en ti encuentro a mi maestra con quien compartir cada segundo de mis experiencias vividas. En ti encuentro sol, en ti encuentro calma, en ti encuentro ímpetu y a una gran dama, en ti encuentro belleza, en ti encuentro sensualidad, en ti encuentro mis suspiros y mucha imaginación para mi realidad.
Eres simplemente la mujer que yo he soñado y a quien tanto he amado...
Héctor Eduardo.
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