Te tengo tan presente que te extraño por tu fuerza que me brindas... La verdad Marc. la guía de mi espíritu y mis palabras están presentes en ti, guiados por cada mirada que me diste, creo que jamás te topaste con alguien tan romántico como yo, pero yo jamás me había topado con tanto amor para conjugar, como el tuyo, que son los tiempos perfectos...
Jamás podrás conjugar, ni con toda la tinta, ni con todo el papel que colectes, todo el amor que siento por ti... Me encontraste y te encontré, no nos dejemos ir.
El Diván.
Soliloquio para ti, mi retraído pensamiento todo te lo di,
mientras las guirnaldas de tu pelo lleven aun las caricias que te di,
mis prosas y mis sonetos disfrazados de alegría
pero todos ellos capturando de tus ojos mis reliquias.
La frontera de tu alma está en la yema de mis dedos,
tus mejores besos se han quedado estacionados es mis labios,
los susurros mas tiernos de amor, los deje presos en tus oídos,
y en lo que escuchas, ¿dónde quedé yo?
El silencio de tus gemidos los llevo aun en mi bolsillo,
la tristeza se ríe de mi condena cuando te extraño,
no quedan tabiques en mi corazón,
se me fueron todos cuando te construí de mi amor un castillo,
y en tu castillo ¿dónde quedé yo?
En el balcón de tu pecho quiero volver a respirar,
en las colinas de tu cintura busco vida que abrazar
y en el paraíso de tus caderas hacer mi refugio,
para a tus ojos darles gracias por volverme a mirar,
y en tu mirar ¿dónde quedé yo?
Parto una estrella del cielo para obsequiártela en satín,
condimentarla con tu cuerpo vistiendo coral,
y en tu cielo ¿dónde quedé yo?
¿Dónde quedé yo? Si solo platico contigo en el diván,
si la fuerza de mi corazón se robustece más y más sin tu mirar,
casi una obsesión el llegar a tus caricias,
acudo a la medicina y a la hechicería,
pero todos mis sueños y deseos padecen, hasta que me puedas amar.
Héctor Eduardo
Procuro olvidarte, pero llega el día y la noche y de nuevo siento que te necesito Mar... Prohibido Olvidar.
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