Si he sabido amor, que nuestras vidas se separarían, optaría por no encontrarte última vez jamás, puesto que no reencontrarte sería síntoma de nuestra eterna compañía, porque la distancia y el olvido son veneno, pero mi dolor nunca para de emanar. Cuando en tus ojos me vi por vez primera, divagué en un mundo de blancos zafiros y dulces gardenias, con los jardines de tu cuerpo y las rosas que me obsequiaste en cada uno de nuestros encuentros.
Hecho de menos cada fragmento de ti, hecho de menos la alegría que le diste a mi existir, tu dulzura y encanto, tu astucia e inteligencia, tu prudencia y arrebatos de espontáneas alegrías. Cuánto tiempo ha pasado desde la última charla que sostuvimos cara a cara, cuántas cosas han sucedido desde que nos dimos aquel último beso recostados en la alcoba, cuánto se ha perdido del recipiente infinito de amor que aun sigue lleno en su estante, pero sufre de tu ausencia y sufre con mucho dolor.
No sé si algún día vuelvas a buscarme, no sé si tu amor, el amor que entregas al mundo, a la vida, se quede sin encontrar refugio en otros brazos lejanos a los míos, no sé si con la distancia el olvido de mi existir calcinará toda huella de mis manos acariciando cada hebra de tu pelo, acariciando cada rincón de tu cuerpo y al masaje de mi aliento a cada poro de tu alma. No sé si con el paso de los días, que en tu ausencia se convierten en años, te reavive la chispa y el deseo de verme, así como estoy, marchito, sin alinear, flaco y sin hambre de alegría, porque toda la flor de mi existir eres tú, porque la compostura de mis mañanas se viste con tu elegancia, porque mi alimento y mi alegría me lo das en bocados de palabras y compañía y sin ti amada Mar de mi vida, me siento a la deriva, encallado en medio del océano y sin saber qué rumbo voy a tomar.
No he parado de verme al espejo, de platicar con el sujeto que se proyecta en la imagen y reclamarle el por qué ha permitido que te vayas, por qué no ha luchado desde un escenario real por ti, ¿Y sabes Guadalupe? Al verlo tan destartalado, comprendo que él entiende que si tú te robaste su corazón, es porque se ha enamorado de todo lo que representas en este plano de energía, que tus sueños se han hecho los sueños suyos, que tus metas las ha absorbido por ósmosis para tomarlas para él, que las razones en el día que te hacen reír, son las razones que él tiene para amar la vida, que los motivos que te hacen llorar, le sirven para inspirarte un hombro donde puedas descansar, que tus noches él las hace sus mañanas y que de tus días él te entrega el Sol enterito para impulsarte de su energía... El que el infeliz ese, el del espejo no haya aparecido a tu encuentro, es meramente porque sabe de tu poder, de tu fuerza, te concibe como la Mujer mas bella y mas hermosa del mundo entero, pero también la más determinada y aguerrida... y de esa forma sabe que tú sabes respetar las reglas que te dictas y en tus reglas dictaminaste, para mi dolor y muerte diaria, la de buscarme cuando debas de buscarme... Y el del espejo vive con la esperanza de ver que hagas honor a tu próxima venida, como canto celeste y me entregues tu corazón...
Cuando vivo con el tipo del espejo, me desespero por no poder abrazarte, y me quedo loco de celos de pensar que mi corazón cruel se haya descompuesto al saberte en unos brazos ajenos... Esta es la vida en el espejo, porque yo soy el tipo detrás del espejo de tu vida, no puedo alcanzarte o tocarte, no puedo más que darte un reflejo de mis palabras con tristeza o alegrías, solo proyecto trazos de escritura, ya sin vida y todo lo que ves en mi, en este espejo, es solo mi deseo de estar siempre donde tú estás...
Rotceh Odraude.
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