Cuando me re descubro poeta y trovador, me doy cuenta que alguna vez me importaron los sueños, que alguna vez los tuve y en ellos siempre te tuve idealizada... Pues tengo la certeza y la seguridad que ya te conozco de siempre, que en algún punto nos encontramos, vivimos, fuimos muy felices y sin embargo nos tuvimos que separar para hasta hace poco volvernos a encontrar... Ayer leí la siguiente oración que dicta mi sendero y reza así "Puedes estar relacionado por muchos años y no sentir nada, puedes encontrarte con tu otra mitad por pocos días y sentir todo. El tiempo no determina los sentimientos".
En definitiva ese razonamiento lava mi cara ante el paño de falta de expresiones que tenga para recitar lo que pasó cuando te conocí... Y sin embargo sigo a la distancia, exiliado de tus besos, tus caricias y tu presencia... A la espera de que se me levante la condena, en la cual mi delito fue amarte como jamás pensé amar a nadie... Y sigo así, a la distancia, a la orilla de tu mar.
En la Orilla de tu Mar.
A las orillas de tu playa,
encallaré mis caricias,
recorreré la arena de tu cintura,
y beberé del manantial de tu dulzura,
los besos que me desmayan.
Surcaré los límites de tu cuerpo,
me calzaré los zapatos de tus pasos
bailando bajo la lluvia una balada de amor,
sin prisa hasta empaparnos,
pero ambos sabiendo que es un romance de los dos.
En la orilla de tu mar quiero descansar
con tu silueta a mi lado quiero despertar,
rozar tus labios sin besarlos,
hablarte palabritas que enamoran sin hablar,
y en tus ojos encontrar tu tiempo, el de amar.
En la orilla de tu mar busco felicidad,
cuido de ti y de tu fragilidad,
curo y alivio tus momentos en que hay que llorar
y te entrego mi vida, yo soy tu felicidad.
En la orilla de tus olas tengo mi calma,
quiero dormirme a tu lado, siempre en nuestra cama,
vendiéndonos sueños con luciérnagas y arcoiris
que nos dan jirones de vértigo, al compás de tus ojos,
y vivir amándote desde tu alma hasta tu iris.
En la orilla de tu mar, yo quiero naufragar...
... En las noches, cuando voy a dormir, acostumbro dar gracias al señor, por tantas cosas que me ha regalado, por todo lo que se me ha negado, porque ante la no concepción de los deseos propios, es cuando más se valora lo que está con nosotros... Pero el verdadero poder, el verdadero milagro radica en tomar la tabla que nos entreguen desde arriba, para flotar y no hundirnos en la mar... Tú eres mi tabla en el mar...
Héctor Eduardo.
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