Y escucho como el
mar, que con su barullo que pega rampante sobre la arena, rompe el silencio de
mi melancolía. La paz que se percibe en el entorno es inigualable con nada y
sin embargo dicha paz no sirve de nada si ya te perdí, y lo más probable, es que
para siempre.
Las pequeñas
grandes decisiones, cómo nos cambian la vida… Aquel martes veintidós de
diciembre, ya había decidido marcharme, ya estaba sobre el coche a punto de dar
la marcha de encendido, sin embargo, algo dentro de mi me hizo saberte, me hizo
pensarte y entonces fue cuando entré en el dilema de llamarte o no llamarte,
dilema que ahorita mismo vivo, mientras observo a las gaviotas surcar las nubes de
esta tarde gris, poseo un enorme deseo de escuchar tu voz, tu hermosa voz, tan
finita y melodiosa ¿te he dicho lo sexy que es tu voz cuando padeces de tu
garganta? Nada más hermoso, canto celestial es tu voz. Sin embargo, desconozco cuál
vaya a ser tu reacción, si colgarme el teléfono, a portarte fría y distante, o
simplemente me ignores por completo, o en el sueño utópico, rompa tus
fortalezas y me escuches y accedas un poco a mi.
Esa decisión, la
de llamarte aquella tarde, fue la que cambió nuestro rumbo, y nos ha traído
hasta estos puntos, por un lado, te descubrí mujer, espectacular, todo un
portento de dama, atractiva, sensual, seductora, el deseo mismo de mis mañanas
y la embriaguez de mis noches en ti, por otro lado, me encontraste sin
máscaras, sin caretas, conociste el recóndito “yo” que siempre vive bajo las
sombras, bajo las tinieblas… Recuerdo los momentos de tus palabras de sosiego
con el “no te vayas” repitiéndolo una y otra vez, que por supuesto alcanzó mi
corazón y mis convicciones y creencias sucumbieron… Todo fue tan rápido que no
recuerdo a precisión cómo sucedió, pero Juro por mi que nunca llegué con
doble intensión a la alcoba, pero el deseo ya habitaba en mi yo interior,
hasta que sucedió, me enviaste por tu sudadera café, algo normal y cuando voy de
regreso, te encuentro para mi deleite, sin tu prenda superior, con tus hermosos senos a mi alcance... Detonante de
mis deseos y la luz a mi adicción comienza en el punto en que se encontraron
los dos conceptos cara a cara, de ahí en adelante la historia la conocemos los
dos… No me cansé de besarte y besarte hasta que sangraron mis labios, hasta que
sangré los tuyos de tanta pasión que aun llevamos guardada en nuestras almas,
porque en ese par de horas fuiste mi mujer y yo fui tu hombre, nos desgarramos
las prendas, nos conocimos el uno al otro, sentí tu aliento entrando por mi
vida y derroché caricias atrevidas a tu persona, todo en un concierto de
pasión y delirios mutuos, de sudor y gemidos, en ideal y en espíritu no existió nadie más, el mundo entero
fue nuestro por dos horas y no pensamos en nada, solo en el placer, la pasión y
el amor que nos brindamos que era el todo, como todo no importa ahora que ya no
estás… Tus mejillas aun siguen sonrojadas de tantas cosas bonitas que te dije y aun te digo.
¿Cómo puedo hablar
de descifrar al corazón cuando yo mismo no encuentro el código de ese lenguaje?
Lo más triste de
esta novela, es que nos quedaremos con la imperiosa duda de saber el poder de
nuestra magia conjugada, el poder de tu amor y mi amor unidos, seriamos los
amos del universo, y hoy, por solo un apego de falsa felicidad no tenemos ni
una nube de nuestro cielo…
¿Cómo condicionar
el amor que siento a que mi otra mitad tenga restricciones de con quien habla,
sonríe y vive sus día a día? El amor no es una reja, el amor no es un mandato
terrenal, el amor es amor por el hecho de que exista la dualidad en los
espíritus, en el ser, pero, más aun en el no ser. No encallo mis ideas a la
teoría de perderte porque alguien más se sienta incómodo, por el concepto de
regalarle el gusto que mañana se convertirá en la pauta que rija tu vida, un
sacrificio de amor que se convertirá en obligación perpetua, sometida a sus deseos y voluntad… Pero lo mas
dantesco de la novela, es el sacrificio que se hace por ese amor, cuando
sabemos bien, que yo también soy tu amor… Disculpa el momento, solo purgo y
curo las heridas, sin embargo eso pienso, que has llegado a amarme y/o temes
amarme, temes enamorarte más de mi, pero no debería existir dicho temor, pues
el amor es el amor, por el simple hecho de la dualidad en los espíritus, como
ya lo había dicho antes... Y yo te amo tanto, en concepto tan diferente como el otro tipo de amor (tiránico y mesiánico) que yo mismo me aparto y vuelvo a fundirme con el paisaje, con la no acción, el no ser, esperando tu total libertad que siempre encontrarás mientras yo te amo amor de mi vida...
Siempre creí que
el día que ya no tuviera más de mi para dar, sería el día en que busque una
gaviota, y la alcance, pues querrá decir que ya no hay más por hacer
en este mundo… Alcance una, ya extinta, que se me fue de entre las manos, la
tuve pocos segundos, pocos minutos y simplemente volvió a volar, y mientras
emprendía su vuelo, quedé esperando que volteara y de reojo viera
cuánto amor le profeso, que me tiene roto el corazón y me quedo descalzo y arrodillado en
la arena de esta playa, con frío y llorando su partida, sabiendo que ya no seré
el héroe de su cuento de hadas, que ya no seré el hombre que la protegiera y la
cuidara por el resto de sus días…
...He leído sobre los temas de las vidas pasadas y sus efectos en ésta... Estoy consciente que tu y yo fuimos almas gemelas y estás por descubrir el sentimiento de que te falto, búscame y me encontrarás.
...He leído sobre los temas de las vidas pasadas y sus efectos en ésta... Estoy consciente que tu y yo fuimos almas gemelas y estás por descubrir el sentimiento de que te falto, búscame y me encontrarás.
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