... Tengo un gran nudo en la garganta... No fue la mejor de las noches. Comienzo con una reflexión que la mayor parte de la humanidad se ha hecho ¿Qué es este sentimiento que se llama amor? Alguna vez me dijiste, en una de nuestras tantas charlas muy amenas que sosteníamos, que el amor es una obsesión, solo que en un menor grado. Yo tengo mucho amor por ti, y siguiendo esa pauta, quiere decir que estoy muy obsesionado contigo, pero solo que en menor grado... mmm no sé, no me satisface esa conclusión.
Entonces volvemos a la pregunta central ¿Qué es el amor? pero a esta pregunta se le pueden adherir otras más, como ¿Por qué se sienten tantos tipos distintos de amor? ¿Por qué el corazón nos abandona cuando hay una persona que nos ama y por qué nos traiciona haciendo que amemos a quien no debemos, a quien siquiera en el mundo tiene un segundo de su tiempo para respondernos? ¿Cómo puedo amar por correspondencia, solo por haber besado siquiera esos labios, y tomado con fuerza esa cintura tan estrecha? ¿El amor es un recuerdo perdido de una ilusión de un futuro soñado? ¿Estoy enamorado de ti, o solo del tipo que yo soy cuando estás conmigo? ¿Estoy listo para jamás volver a amar? ¿Es vida, la vida sin amor?
Y así puedo llenar cuartillas enteras con preguntas sin respuestas, con sentimientos que vacían mi cansada alma por no saber mas de tus palabras, por no saber más de tus besos, por haber alcanzado el cielo, arañado la gloria y surcado el paraíso aquella noche, cuando nos amamos, y nos cedimos por entero los dos. En estos silencios, cuando estamos alejados, siento que aun te amo más y más, pero ya no te escucho... Tu voz se hace un lejano eco.
Todas las preguntas anteriores surgen con relación a la desesperanza que comienza a invadirme, que comienza a crecer en el pasto de mi fe. Porque cuánto tiempo es "un tiempo", "una distancia", un "alejarme y aclararme" que fueron las palabras para separarme de tu presente, el edicto de mi infelicidad y de tu realidad otrora conmigo, hoy sin mi... Sin nada... Palabras que hoy en día creo que no tienen respuesta, solo fueron proferidas sin conocer el verdadero poder de la palabra "cálzame una espada y acabaré con un ejército, cálzame de una pluma y arrodillaré al mundo entero", ese valor de la palabra es el que se ha subestimado y no se le tiene en buen valuarte, porque una palabra, una sentencia puede cambiar el curso de la historia, el curso de la vida, y mi vida, mi vida ha sido cambiada por completo, primero con tu llegada, después con tus besos y por último, con tus palabras de probable apócrifo regreso ó verdadero consuelo...
Mi alma está débil, llora un gran pesar en mi pecho. Este no es sin duda el mejor de mis amaneceres, pues se siente el espesor de mi melancolía, de mi abatido sentido del humor y mi constipada inspiración... Una pena por no tener mejores historias por escribir, porque el cuento no termine en final feliz, pero atestando un severo golpe a la realidad, esa de la que tanto huimos, los que escribimos y los que soñamos, siento que mi fe es el placebo más hermoso que la vida me ha dado, porque con ella me sostengo en los tiempos de veda, de ella tomo la reserva de alimento cuando no hay más que penas, pero lamentablemente, ella es un engaño y no hace más que darme pequeños grumos de lo que quiero escuchar, de lo que quiero ver, de lo que deseo vivir, pero, sin sustento, sin precisión, sin realidad, todo basado en una corazonada, en una ambiciosa utopía que se virtualiza y estanca en tus ojos y en tus labios, y se va difuminando cada vez más, en recordar cada vez menos el timbre de tu voz y en pasajeramente ir olvidando el tacto de rozar tus manos, así como el brillo de tu hermoso cabello, cuando le da el sol... Paulatinamente me acuerdo cada vez menos de tus rasgos bellos, los distorsiona mi cerebro y tengo imprecisiones de tus detalles que te hacen tan única y tan especial, y eso me duele, me duele como no te imaginarás jamás tanto dolor acumulado en el alma... Condición humana la de olvidar, más el alma jamás te dejará de amar.
Mi corazón no desea olvidarte, pues te he hecho una promesa, pero mi razonamiento me dice que debo hacerlo, sin embargo, entra en una paradoja, pues tanto es que lo intento que me acuerdo mucho más de ti y entonces no consigo olvidarte, pero eso me tiene sin hambre, sin deseos, sin aspiraciones... Ese dolor, esa pena es lo que me tiene Enfermo de Recuerdos, de tristezas, de nostalgias, de nauseas por no encontrarme un futuro en donde vuelva a alcanzar la felicidad... Felicidad, por ahí debí comenzar este llanto de letras, por preguntarme qué es el amor no obtendría ninguna respuesta satisfactoria. La única respuesta viable es que El amor, es Felicidad, y mi felicidad, claro está que lleva tu nombre escrito Mar, entonces, dicho esto, tú eres el amor que se me ha escapado frente a mis narices y no lo he vuelto a hallar... Eres mi felicidad que se ha alejado y se perpetua en el Mar...
Héctor Eduardo.
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