Saturday, January 23, 2016

Eterno Domingo.

Pongo entre mis dedos, cada uno de tus caracoles, cada uno de ellos, que tanto quiero... Imposible que no vengas a mi mente en un momento como este, imposible olvidarme de tu ojos cerrados mientras nos besábamos, imposible no querer detener el tiempo en esos momentos de pasión, donde te descubrí todo un portento de mujer, tan hermosa y atrevida, tan exquisita y seductora, tan provocativa y desafiante a la cordura... Desde esa noche, te he hecho el amor todas las siguientes noches. Cuando te pienso, es imposible no viajar al cielo y vivir de los deseos que afloran a raudales, que afloran en cada uno de mis silencios... Y es que así como tú mujer, yo soy hombre y conozco mis deseos, conozco las fantasías que sueño contigo, solo tu y yo, en una intimidad que hasta el mismo Shakespeare envidia, en su amor, con Romeo y Julieta. Te besaría tanto, y cumpliríamos tantas fantasías, que si contara a detalle todo, hasta Gobernación cancelaría este espacio y pagaría más de mil millones en multas como condena.

Teniendo los caracoles en mis manos, descarto por completo la idea de no tenerte en mi futuro, trasiego la brasa que hierve en mi interior, tan solo de pensarte diseñada y hecha para tu servidor, para tu fiel escudero que sonríe de tanta felicidad por saberte mía y en la vida actuar en honor al amor... Puede ser que hoy no vea el sol, pero se que ahí está tu luz, que me brinda confort y sosiego, que me regala fe y esperanza, que le obsequia certeza a mi revoltosa existencia. Todo lo anterior, evocado a tu recuerdo, de la excitación que llevo por saberte y esperarte, de tocarte sin rozar tu cuerpo, de vestirte con la tela de mi imaginación y sollozarte tiernas palabras de amor.

Suenas a historia triste, a melancolía, a caricias tuyas que no me has dado jamás... Sueñas con mis caricias pero lo niegas, sueñas con la plenitud y la felicidad que entre mis brazos tendrás, pero te atas a las cadenas de la esclavitud de tus ideas... No es igual vivir feliz a solo vivir, te ofrendo la felicidad...

...Eres amor bonito, pasión y sorpresa que vive en mi... No soy mucho, más que un eterno enamorado de tu amor, de tu corazón y de las promesas que nunca has dado, y te llevas de mi prisión... Ahoga mis penas, que mi amor solito se muere despacito sin ti, sin tus canciones, sin tus estaciones de humor, sin tus chistes de cabras destrampadas, sin la dulzura del deseo de ser  siempre querida y amada eterna. Tú sabes bien lo que urge atender con amor todas tus llamadas y confinarte del cielo cada una de las estrellas, viviendo toda la vida en un eterno domingo, cerniendo en tu frente las primaveras de tus noviembres, con una historia que nos haga suspirar de tanto amor... ¿A dónde irás sin mi? ¿A dónde terminarás sin el comienzo de nuestro sueño? ¿Cómo importarás caricias de unas manos que no sean las mías, si, las mías que tanto te aman y tanto se amoldan a tu anatomía? ¿Cómo suspirarás esperando que sea yo el que te besa y el que tanto te desea, llegando siempre tempranito a ti y sin tener ojos mas que para tus ojos? ¿Cómo secarás tu llanto de tristezas sin el pañuelo de mis besos?¿Cómo vivir sin ser tú y yo aliados en la vida?...

... Lo que mata no es la soledad, lo que mata es no tener consigo a la persona amada... Huyo de esta vida sin saber en dónde estás Guadalupe, sin saber qué te hace hoy pensar, guardar silencios, gritar y amar...  A pesar de tu enojo y la inmensa tristeza que me invade por dentro, quiero darte unos cuántos motivos para que te abrigues en mi pulmón y puedas respirar... Olvídate de mi espera, de llevar mis palabras, de mis intuiciones de tu humor, de tus calendarios ya marcados y de echarme de menos... Olvídate del olvido y vive conmigo toda la vida, en mutua felicidad...


Héctor Eduardo.

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