Sunday, January 10, 2016

Como si Mordieras Uvas...

Día 2 desde tu partida... No le encuentro el sentido a esta melancolía, porque la misma debe de ser ante la ausencia absoluta, sin embargo, sé que nuestras vidas, al cruzarse, han cambiado tanto de perspectiva que no sé realmente quien está con quién, porque ha sido tanto el poder de mi fe y mis sentidos, que ya te he materializado, te he tomado mía, como mi otra mitad, como el complemento de vida necesario para alcanzar el cielo con la manos y encontrar en el ruido de mar la orquesta de tus suspiros.

No sé qué tan fuerte sea mi resistencia, siento que el oxígeno cada vez es más escaso, y todo por que la última bocanada la robé sin pedirla, la robé sin devolverla a tus labios... Valen mis caricias algo para contarlas, o solo son unos roces inducidos por la casualidad del tiempo y la circunstancia? Vale de mucho un poco de nada o será necesario inmortalizarte con mi ausencia? Pues no dejo de pensarte, amor, no puedo superar el llanto atorado en mi pecho, no dejo de hilar segundos del recuerdo de ti en mi regazo mientras te cargo de la alcoba a la tina del baño, con tus brazos cruzando mi cuello, y mirando mis labios, queriendo besarlos y los beso y los muerdo y te digo que eres divinamente hermosa, que eres un ángel que llevo entre mis manos y te sostengo mientras equilibro los obstáculos que nos confrontan para no llegar al colchón... Y llegamos y nos besamos mas y mas, como si no hubiera mañana, como si no hubiera un segundo más en el mundo y en el cielo, como si la eternidad se quedará fotografiada tan solo en tu mirada, tan solo en tus curvas y en tus delicados y tibios pechos...

Aun no sé cuál es el siguiente módulo de este internado de tristeza y soledad, no sé si debo continuar mi deambular normal, como un ser con las facciones dormidas, como un ser a la mitad, como la mínima expresión de un humano, o si debo aproximarme a ti, poco a poco, sigilosamente para sorprenderte amor, con amor, con caricias a tu imaginación, con la dulzura que en mi proyectas segundo a segundo, instante a instante, y con esta fuerza que me quede, contener el ímpetu, que será suficiente para enamorarte y cumplirte el paraíso en esta tierra.

Mientras tanto, enciendo y me fumo la ansiedad que me da tu ayuno... Y la calmo con el alimento que me da tu sonrisa hermosa y el saber que esos labios, que ya mordí, ya los degusté, como manjar y néctar, miel y vida, que esos labios ya fueron míos y con la fe de que lo volverán a ser para toda la eternidad... Besas tan exquisito, como si mordieras uvas, como nadie jamás me había besado...

Héctor Eduardo.


Róbame el aire amor,
que yo encuentro oxigeno en tu cuerpo,
que yo siembro cariño en tu pecho,
que roba todo el dolor.

Atrápate en mi vida,
dibujando recuerdos burdos de tu partida,
sonriéndome diario en la cocina
consumando mis caricias
y retornando al finalizar el día.

Róbame la vida corazón,
pues mi vida es tu andar por la avenida,
esperando a que llegue a ti y te llene de alegrías,
tomándonos de la mano
y sabiendo que nos encontramos.

Cómo podré, cómo podré cariño mío?
esconder tu nombre de mis palabras?
olvidarme de tus besos, tu sonrisa y tu mirada?
si solamente vivo para reencontrarte en mis sentidos,
si mis manos y mi piel de nuevo te rozarán,
y mi universo se empeña a que yo te halle,
y vivir tu y yo juntos, para siempre...

A veces, pasa todo... Y te amo Mar.

Héctor Eduardo


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