No te vayas, qué palabra tan más poderosa y convincente... Cuando escuché de tus labios un "no te vayas" tan repetitivo y tan tierno, tan nacido del alma y del corazón, me quebré y fue el preciso momento en que terminé por enamorarme de ti, yo lo entendí e interpreté en no irme, nunca más de ti... Solo que quien se fue, fuiste tú... Y hoy, me he quedado con el vacío de tu perfume en mis manos... En el momento de tu no te vayas pensé ''Soy tan feliz, que tengo mucho miedo".
No te vayas.
En el arco de los cielos,
te espero para una eternidad para nosotros dos.
Quiero hacer noviembres en tu cuerpo,
todos los sábados con cinco de tus veintes,
y en tu cumpleaños podernos amar.
Quiero soplarte palabras de amor quedas,
tan quedas, que tiritarás un suspiro enamorado.
Hazme regresar, escríbeme una carta,
háblame despacio, que no puedo respirar.
Levanta la condena que nos ha alejado,
libera las cadenas que me tienen atrapado,
suspira tu ego y orgullo
y dame la frazada de tu piel,
que me tienes con frío y destapado,
viviendo con solo agua y hiel.
No te vayas, no te hablo de amor,
no te hablaré de felicidad,
no me eches de menos,
no te ofrezco la eternidad,
solo te pido que no te vayas.
No te vayas, no te entrego alegrías,
no te susurro más melancolía,
no me olvides con el tiempo,
y no te ofrendaré sin razón alguna,
solo mi amor como garantía,
solo no te vayas.
No te vayas, hazme regresar
o quédate para que no me tenga que escapar,
te prometo que no habrán promesas mías,
te enjugo con los ojos que no controlaré tu vida,
y no te enseñaré ninguna lágrima mía,
y que solo viviremos en el sol de tu corazón
sin flores y sin jardines, tu y yo,
solo no te vayas.
No te vayas y hazme regresar,
que a los balcones de tu pecho quiero viajar,
que cuando a tu lado estoy el planeta es pequeño,
y juntos en la cama recorreremos las provincias del universo.
No te vayas te lo ruego, y hazme regresar...
Héctor Eduardo.
te espero para una eternidad para nosotros dos.
Quiero hacer noviembres en tu cuerpo,
todos los sábados con cinco de tus veintes,
y en tu cumpleaños podernos amar.
Quiero soplarte palabras de amor quedas,
tan quedas, que tiritarás un suspiro enamorado.
Hazme regresar, escríbeme una carta,
háblame despacio, que no puedo respirar.
Levanta la condena que nos ha alejado,
libera las cadenas que me tienen atrapado,
suspira tu ego y orgullo
y dame la frazada de tu piel,
que me tienes con frío y destapado,
viviendo con solo agua y hiel.
No te vayas, no te hablo de amor,
no te hablaré de felicidad,
no me eches de menos,
no te ofrezco la eternidad,
solo te pido que no te vayas.
No te vayas, no te entrego alegrías,
no te susurro más melancolía,
no me olvides con el tiempo,
y no te ofrendaré sin razón alguna,
solo mi amor como garantía,
solo no te vayas.
No te vayas, hazme regresar
o quédate para que no me tenga que escapar,
te prometo que no habrán promesas mías,
te enjugo con los ojos que no controlaré tu vida,
y no te enseñaré ninguna lágrima mía,
y que solo viviremos en el sol de tu corazón
sin flores y sin jardines, tu y yo,
solo no te vayas.
No te vayas y hazme regresar,
que a los balcones de tu pecho quiero viajar,
que cuando a tu lado estoy el planeta es pequeño,
y juntos en la cama recorreremos las provincias del universo.
No te vayas te lo ruego, y hazme regresar...
Héctor Eduardo.
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