Querida Mar...
Espero que en estos días de tu reflexión, de meditación, de deshilachar el espaguetti, encuentres la claridad que tanto has buscado, la luz que tanto necesitas (tu eres mi faro y yo el navegante) y sobretodo me encuentres a mi, en tu camino a allanar. Entendiendo el contexto de las cosas, en donde yo te confieso, sin afán de alardear; Soy un buen Hombre, soy un buen tipo, que entiende a la perfección tu relación, pero que simplemente se ha confesado enamorado de ti, en un terreno donde no se tiene el control de las acciones, ¿Quién domina los sentimientos?, y ha querido poco a poco ir conociendo mas de ti; una Mejor Mujer y por mucho, millones de años mejor, que este buen hombre, que este buen tipo. No entiendo que me hayas alejado, mi cerebro lo procesa y lo descifra, lo escrutinia y almacena, pero mi pecho, mi estómago, mi corazón, mis piernas, mis brazos, mis ojos, mi boca, mis dedos, mis pulmones, todo de mi, no lo comprende y es cuando colapso y caigo derrotado... ¿Somos tan auto destructivos que alejamos a quienes velan por nosotros, con un amor tan grande y puro? Es pregunta sin respuesta.
¿Cómo poder explicarte que la luz que me ilumina son tus ojos chiquititos? ¿Cómo escribirte una carta si no tengo la tinta de tu amor y las plumas de tu almohada? ¿Cómo poder expresarte mis tristezas, si antes no has conocido mis alegrías de todo mi amor por ti? ¿Cómo poder confinar un poco de paz a mi atormentada alma, si ella se encuentra completamente navegando por aguas profundas, a mar (Mar) abierto, a la deriva de tu océano? Soy un superdotado de sentimientos nobles, de sentimientos puros y hermosas ilusiones por ti, por tu persona, por tu entorno, por tus metas e ilusiones, por tus miedos y tus complejos, por tus pasados y por tus futuros, y solo te relato gradualmente lo que siento vida mía, solo te cuento mis pequeñas historias que nacen desde que te conozco, que nacen desde la pequeñita luciérnaga que a veces ilumina mi corazón, pero que susurra a mi oído tu nombre completito en cada segundo pasajero.
...Ayer regresé a un viejo hábito, pero no fue lo mismo, no recuerdo exactamente cuándo fue la última vez que me sentí tan emocionado, pero tan vacío por vivir una experiencia como la de ayer por la noche. El punto es que te extraño mucho, que hasta realizar las actividades que tanto amo, que tanto me apasionan, no tienen sentido alguno sino las comparto contigo, resultan tan absurdas como un chimpancé conduciendo un Ferrari, y no, no dejo de pensar en ti, que estás conmigo o esperando mi regreso, y volteo a todos lados y mi concentración se nubla y se pierde constantemente porque vienes repetidamente a mi mente, y caigo en la melancolía y pierdo el hilo de lo que sucede, y me disfrazo de sonrisas para la cámara que me anota un regreso que se hace popular ante la sociedad minúscula de una falsa comunidad virtual, solo por el deseo de que tú me notaras, he ahí el motor de mi proyección; yo no soy así, por lo general me oculto entre las ramas, y hoy tengo que explorar la opción de que me sepas de algún modo u otro, de que me veas aunque me tengas en veda de ti, aunque no sepa siquiera si en este momento me lees o no, aunque tenga las entrañas desgarradas de no saberte siquiera un poquito y siga boquiabierto buscando respirar.
No está vacío tu espacio Mar, estoy lleno de ti, te haces presente a pesar de tu ausencia y eso me hace extrañarte... Eso es extrañar ¿Por qué te extraño tanto? Seguramente te preguntarás, sinceramente es porque en mis modestas tres décadas de existencia no he conocido a una mujer tan plena, tan entera, tan cabal, que no es siquiera capaz de guardar un secreto , incluso a sabiendas de su propia ruina, eso es honorable a más no decir, que reúna tanto aplomo, tantos mismos gustos, tantas coincidencias y tantos puntos en común para conmigo, vamos, hasta la destreza de tu forma de escribir con tu mano zurda es coincidencia plena conmigo, y con la letra fea más hermosa del mundo, tienes ante ti al planeta entero a tus píes; las mejores historias de vida, las mejores aventuras en tu futuro, las tristezas más duras, y en todo eso quiero estar a tu lado. Pido mil tardes tristes, qué digo mil, un millón de ellas, si contigo puedo pasar la vida y ver caer las estrellas y resolver juntos esas tristezas y esas aventuras vivirlas para los dos... Rayas la perfección! Ese poco que te hace falta, es porque no me amas, como te amo yo.
Que te quede claro, yo TE AMÉ, TE AMO y si mi princesa de las sonrisas cautivadoras y la voz más hermosa, TE AMARÉ por siempre, en todas las conjugaciones, en todos los idiomas y en todos los sentidos, TE AMO... Solo vence tus miedos y manda una señal que me guíe a tu luz... Escríbeme y juntos seremos la felicidad!
Siempre tuyo.
Héctor Eduardo.
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