Tengo una aurora boreal, dibujada en el cielo tus ojos amor, con sus colores que matizan tus cabellos, pienso que te vuelo a través del cielo de tu cuerpo, atravesando las fronteras de los límites de tus besos, aterrizando en el puerto que existe entre tus caderas y mis anhelos... Te miro y gira el Sol!
Quiero salir a caminar tu calle , dejar mis huellas en la arena de tu playa y que recuerdes con nostalgia cada una de mis palabras, cuando comprendas que me he ido, que me recluido en el monasterio de tu silencio, sin tus palabras y sin mis versos, que son tan complejos como tus besos. Quiero enumerar cada uno de tus detalles, queriendo recordar hasta el olor de tu perfume que rocías como lluvia, y la verdad es que me vuelvo loco, con cada semáforo en el rojo de mi vida, y me detienes siempre para no avanzar a tu vida...
Tengo muchas ganas de encontrarte siempre, coincidir con la coincidencia de verte en la parada del bus, y de una vez por todas impedir que te escapes de cada una de mis reminiscencias que te invocan como aparición que teje sus milagros, y acompañar a tu cansancio que se diluye por completo de tu cuerpo cuando sonríes de saberte bien querida... La gracia de Dios es saber tu felicidad, aunque lamente que tus estrellas pertenezcan a otro firmamento, que tus palmas toquen otra arena y que tu aliento de vida a otro universo...
Lamento esta pena, tengo que llorarla aunque me ahogue en tanta lágrima, aunque me ahogue en ti que eres causa de alivio y llanto, y es que tengo que hacer de la costumbre de mi soledad una realidad, en donde no tengo metas que entregar, pues siempre mi meta es costear la luna y entregártela por la mitad, en cada noche con el lunar de mi mejilla surcar los rincones de tu anatomía y amarte más y más, siendo tu amante y tu mi amor... Debo eliminar el vicio de buscarte y no encontrarte, debo aparcar mis impulsos de bandido y no tentar a tu inmaculada tranquilidad con la zozobra de mis románticas palabras ¿Cómo llegas y te escapas de cada uno de mis segundos por las noches y las mañanas? ¿Cómo confortarme de saber que no estás, pero existes y no puedo palparte si quiera una sola vez más para saber que no te soñé y deliro tu amor? ¿Cómo pedirte que vengas, que lo hagas por ti y por mi y que siempre te quedes aquí, en mi y yo en ti?
... Me doy cuenta que tengo rotos los bolsillos y se me ha escapado cada una de tus monedas, revueltas en el vacío de tu caracol. He perdido mi roto corazón, sin tenerte a ti para que lo puedas remendar, con el hilo de tus caricias, con el bálsamo de tu compañía, con el humo de tu esperanza... Y lo que pasa en realidad, es que tengo que aguantarme siempre, aguantarme solo porque ya nadie me aguanta... Ven, por ti y por mi, y quédate aquí.
Héctor.
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