Sunday, November 20, 2016

Un Natalicio de Felicidad

Vuelvo a escribir, pero esta vez no es en esencia un monólogo nacido de la tristeza y melancolía, esta vez, escribo lleno de dicha, producto del arrebato de felicidad que me embarga, producto de saberte dichosa y feliz, porque hoy cumples años y eso es un motivo feliz.

Signado a un día de alcance popular, todo mundo comparte esa felicidad, unos encerrados en su dicha, yo, nadando en el Mar de tu llegada, de tu natalicio; es un cielo fecundado de esperanza y futuro, es un aviso de no estropear nuestras pasadas vivencias y tomar de ellas lo mejor, así logrando tu ascenso al cielo de la dicha y fecundando a quien te rodeé de eterna divinidad.

Es un día especial que comparto contigo, que aunque no me mires y no sientas mis emociones, sepas que te estoy entregando de obsequio todo el cariño recolectado en el mundo en solo una burbuja monosílaba que dicta sentencia expiatoria a la tristeza y se fermenta en alegría eterna que lleva tus nombres y desea de corazón pronto volverte a ver.

Felicidades Mar, felicidades desde el fondo de mi ser.

20 de noviembre de 2016.

Héctor Eduardo.

Friday, October 28, 2016

El Último Segundo...

Han pasado muchos meses desde tu partida, muchos cambios han bañado mi mente, sin embargo tu mirar aún me tiene cautivo, aletargado en el tiempo, absorto en la eternidad del último segundo en que rocé la palma de tu mano y miré fijamente tus labios, intentando robarles ese beso que nunca les volví a entregar, con la arrepentida partida de tu sonrisa y reiterando mi deseo vano de que ese último segundo, se tradujera en una pausa eterna en nuestras vidas.

Cuántas cosas Mar, cuantas gotas de amor y convicción hemos devengado, tú; por la avenida de la felicidad, y yo en el llano de la soledad... Sin embargo, en tu felicidad me bautizo, en tu dicha yo respiro, diluyo la constipada neumonía de la tristeza y te venero cuanto igual o más que en la última mirada, mucho más aún, que en ese último suspiro.

Eres la mujer de las violetas, eres el ensayo de mi prosa y la rima de mi vida, la que siempre me sorprendió tras la puerta, la que siempre llevo en el velo de mis risas, en el furor de mis momentos de gloria y la bandera donde anuncio tu venida... Mar, me diste por obsequio en solo un mes, cien siglos de amor, cien vidas en eternidad y la promesa sigue vigente, que en algún punto donde me encuentre, por más que las gaviotas surquen los cielos y la brisa frote mi cara, que por más que el ocaso se asome por mi ventana anunciando que llega la noche, o los ciruelos retoñen y me entreguen sus frutos, por más vida me sobre y te sobre, y por más que ambos aparentemos, en algún punto y momento del día, todos los días, tengo un momento de ti, tengo un pensamiento para ti, me acuerdo de ti... Como diría Benedetti.

No he olvidado, olvidar olvidarte...

Héctor Eduardo.

Thursday, September 08, 2016

Casi te Besé

Anoche te soñé, en el  sueño platicamos un momento, discutimos, sonreímos, aclaramos cosas que nos causaban inquietudes, diferenciábamos la cercanía de tu mar y mi arena. Fue curioso, porque antes jamás habías  aparecido de una manera tan magnánima, tan absoluta, como tejiendo un imperio entorno a mis sentimientos, como una causalidad hecha de casualidad, como un ciclón devorando mis soledades.

Nos entretuvimos sentados en la cómoda de la sala, de un momento a otro estuvimos en un sofá, si, mi viejo  sofá, conversaste conmigo demostrando tu actual felicidad, denunciando que desde aquel ocho de enero, que mis ojos te perdieron, te  has convertido en la mujer que siempre quisiste ser, en la persona que tanto anhelas ser y que tu felicidad es copiosa, comparada solamente con la felicidad de mis labios por volverte a rosar.

Entonces entendí que no estuvimos ni cerca de amarnos por igual, que mi amor por ti se desborda de madrugada y en las mañanas como ésta, en la que te escribo, me vuelvo de ti a enamorar, solo basta un recuerdo, una sonrisa divisada en mis memorias para ahogarme en el manto de tu amor, en la espesura de tus facciones de  princesa, y en automático comienzan mis sentimientos a fluir, a emanar como agua de manantial, como una fuente que no agota su néctar, y el cáliz que lo envuelve y conserva, es el recipiente de tu grandeza.

Eres grande Mar, muy grande, tan enorme que en los confines de mi cerebro, de día, se esfuerza por no recordarte, por no agobiarse con los tentáculos de nuestro pasado, pero de noche, hago  sabotaje de todas mis nobles  intenciones,  me hundo  en el naufragio de mis pensamientos estando inconsciente, y entonces como en esta velada, te sueño...

Estando por concluir dicha charla, te pusiste de pie, mientras con tus esculturales manos tomabas las mías, sin soltarme me dijiste "ahora vuelvo", no  quería  que te fueras, intuí que la razón de tu partida es la salida del sol, mi marcha del mundo de los sueños; solo atiné a acercar mis labios a los tuyos y te quise besar, cuando para sorpresa mía, yo mismo desvié el beso,  rosando la comisura de tus labios, probando solo un poco  de ese par de labios que tanto amo, y que me producen  nostalgia y melancolía, cuando entonces te dije "anda, todo estará bien"...

Desde el despertar  todo marcha tranquilo, todo en su lugar, los canes en su alboroto matinal, los loros como siempre conviviendo en su mango, en espera de sus pequeños loritos que ya están próximos a llegar, y los felinos durmiendo como siempre en el  tejado... Todo está bien, excepto que no me despedí bien de ti, no te retuve en mis manos, no me aferré a la miel de tu amor y casi te besé otra vez... Una y otra vez.

Héctor.

Monday, August 08, 2016

Verte Sonreír.

Netamente un aroma angelical... Esa es la fragancia que tengo guardada en el paladar después de degustarte en aquella noche, en aquella alocada excitación... Parecen que los días se han tornado años, como un crepúsculo sin fin, sin avance, sin que sigan las manecillas del reloj su curso natural, estancadas en la ruina de tu partida, en la colosal quimera de saberte y no saberte... De olvidarte a marchas forzadas, de recordarte como talento natural, como acto reflejo en cada respirar.

Sé que eres feliz sin mí, lo sé y yo debería de ser feliz por tu dicha, sin embargo, agonizo de caer en la cuenta que ya no tienes un segundo siquiera en tu corazón para pensar en mis recuerdos vetustos, en mis lánguidas sonrisas que alguna vez te hicieron sonreír... En la parcela de ilusiones que románticamente me forjé en un santiamén contigo y que hoy me percato, fueron solo humo... De pensar que en esta vida no tuvimos la coincidencia de coincidir en este cariño y que solamente me resta de propina  sonreír, esperando la espera que no llega y no concluye, esperando el alba para que en su ocaso se extinga mi nostalgia y esta melancolía se desvanezca... Volviendo a verte sonreír.

Héctor.

Friday, July 29, 2016

Soliloquio.

¿Qué hay de mi si no la vuelvo a ver? ¿Dónde quedará ella en medio de mi soledad? ¿Cuántas letras más derramaré en pos de una sola oración inspirada en una noche, de unas horas y un infinito para poder olvidar?

Derramaré vino y alcohol, construiré muros y en ese me excluiré de esta realidad sin su sonrisa de acuarela, sin sus ojos de princesa, sin sus labios de odisea, sin sus palabras sabias y sus delineadas  formas de ninfa y hada.

Y seguiré esperándola, aunque no deba, y seguro estaré con una reserva de su amor, un poco de su incontable amor que me regaló para guardar en mi cava, en mi almacén de momentos lindos, de momentos felices... Esperando que un día vuelva a mi, para poderla amar, sin importar la distancia, ni el tiempo ni el olvido... Encontré en ella mi alma gemela, sin embargo, ella se siguió en busca de un mejor amor... Yo solo tengo amor para dar, y se me ha derramado una vez más.

Héctor

Thursday, July 28, 2016

Somnoliencia...

Con sueño y deseo de recibirte, de darte una bienvenida a mis noches, de reinaugurar el templo sagrado de tu alma, de cosechar el fruto divino que entregas cuando amas, de beber de tus mañanas para mantenerme en conserva, para endulzar un sombrío panorama y para despejar con nubes el cielo a plena madrugada.

A veces caígo en somnoliencia, como en este momento... Entre abro y cierro los ojos y no te he vuelto a ver.

Héctor.

Tuesday, July 26, 2016

Recaída...

A veces se retoman vícios que se creían olvidados, que se percibían ya dejados en el exilio de nuestras posibilidades... Hoy suscribo, bajo esta verborragea de líneas pensadas en ti, a la mejor de las adicciones, al mejor de los malos hábitos, que siempre es y será pensarte totalmente a plenitud. Degustarte como el aperitivo por excelencia que soslaya en la felicidad, palparte como una guirnalda, como una ofrenda, tan cadenciosa y perfecta, tan musa y poética, como una utopía, como un edén en mi sinfonía llamada vida.

De los recuerdos que me tienen atado al vício de tus recuerdos, es aquel que te comprende enterita, desde la vez primera en que te vi, hasta culminar con aquel beso en la mejilla que te di, esa línea de tiempo que yerme mi sangre, y de agonía crónica para poder sobrevivir con el espectro de tu ausencia, con la vilesa de haber registrado el sabor de tu piel, de cada textura de tu cuello, de cada poro de tu alma, de tu pecho, de tener grabado en mi mente el registro vocal de tu timbre de voz y sacarlo para probar pequeños bocados en mis tiempos de veda; todo un curso de supervivencia avanzado, con tu estrella como faro y mi ayuno como señuelo de tus recuerdos.

A veces, se retoman vícios que se creían olvidados; y hoy he recaído en pensarte Mar, pensarte en tu lejanía y en tu océano, donde no te diviso más...

Héctor

Thursday, July 14, 2016

El Ciruelo.

Pasan las lunas, pasan los otoños en pleno verano; el Jardín de los helechos en el patio se ha entelarañado, extraña no haberte conocido para poder extrañarte, tan frondosa y clárida, a ella a ti, las dos como una sola, como una fotosíntesis en la mañana fija, con la luz solar brillando como una luna opaca.

Las esporas de las llanuras marchitan al ciruelo que no quiere dar mas de su fruto, solo su savia estéril que no provoca más que nostalgias y alguna que otra irritación; el cielo no compadece al ciruelo, el cielo no cesa su calor inmenso en las faldas del viejo y vetusto árbol, como oda de tu historia, como leyenda que cuenta el mito de tus realidades, de tus lejanas travesías por los parajes de mis labios, por las sendas de tus pechos... Como una Venus, como una Andromeda!

Visto lo que calza mi madriguera, rebusco un libro que instruya mi vida hueca, y socavo al tiempo, al reloj, que es un puño seco, que para bien o para mal, ya es muy tarde para alcanzar la mañana de tus atardeceres... Infinita en mis pensamientos, huyendo de ti y de mis líneas, de ti por medio de una poesía, de mi, por medio de una tarde que invento alguna excusa para no sentarme y para solo escribir en mi mente, sin pulsar las letras en el monitor.

Y el ciruelo se deshoja, el ciruelo tiene manchas de debilidad, de triste dolor y de vivir en una noche que no tiene final. El ciruelo se ha cubierto de un manto de ti, con su corazón tirado en ese rincón, pero negándose a morir, esperando su riego y las palabras de aliento, conservando el lugar en donde te pueda encontrar, con su soledad y tu cercanía, con su eterna tiniebla y tu luminosa existencia.

Y no te preocupes mi Ciruelo, como me dijo ella alguna vez... Todo estará bien.

Héctor.

Wednesday, July 06, 2016

El Paño de tu Nombre.

No sé si lees esto; la verdad es que casi no escribo ya, poco a poco va diluyendo esa pena que existía y se aferraba a mi garganta, poco a poco se va menguando y se va retrayendo hasta convertirse en brisa, en entumecimiento, en adormecimiento del cuerpo... Del alma.

He renovado mis bríos en la vida, sin embargo, en algún momento del día y en la noche, pienso en ti, vienes a mi mente y generas inestabilidad emocional; viéndolo desde la óptica correcta, estoy perfilando de manera errónea la situación, porque por más que pase el tiempo yo jamás te olvidaré, sin embargo, no percibo esa gana que mata y condena al corazón.

Tengo telarañas en mi mente, tengo polvo de tus recuerdos en mi piel, y sigo rayando el paño del espejo con tus nombres, sin embargo no me traiciona la vista y sigues sin aparecer...

Hector.

Tuesday, July 05, 2016

Sin Tanto Espacio.

Donde quiera que vayas, yo estaré contigo, 
al principio, al final o a mitad del camino, 
yo estaré como sabes esperando ese día,
que la vida nos ponga frente a frente de nuevo 
se que no puedo detenerte, cada quien es dueño de si.

Y donde quiera que vaya yo te llevo conmigo,
y se suele decir queremos buenos amigos,
mira que la vida suele dar muchas vueltas,
y a veces lo que tenemos no le damos valor,
y dejaré las puertas abiertas y toda posibilidad 

Y vuela si quieres volar, desde arriba puedes mirar mejor,
no tardarás mucho en bajar y del suelo no pasarás,
no hay tanto espacio como se ve,
no hay tanto cielo como se ve.

FdV

Tuesday, June 21, 2016

Muero Pensando en Ti.

Me haces falta...  Con cuanta lejanía veo pasar la raya infinita del horizonte, como lejano y tiránico resulta creer que ha pasado medio año desde aquel veintidos de diciembre... Han pasado  muchas cosas, han dejado de suceder otras más, pero siempre consigo recordarte en los momentos más inesperados... Incluso cuando duermo y cuando me he muerto, muero pensando en ti.

Héctor.

Wednesday, June 15, 2016

Algún Día.

Y solo te pienso, nada más... Apareces fulminante en mis momentos de mayor concentración, como bruma en alta mar, como banco de niebla que ahoga mi ecuanimidad... Siempre te pienso, oh, cuánto te pienso.

Fueron escasas las palabras que cruzamos, pero en esa palabras nos dijimos el universo entero, nos miramos por entero y nos extrañamos, aunque sea en momentos pequeños. No negarás que me recuerdas en algún momento, no negaré que me gustaría no recordarte para recordar que antes de ti ya existía; no negaremos ambos, que en la cercanía o en la distancia siempre fuimos muy unidos, que solo nos fuimos por caminos equivocados, desviamos el rumbo y terminamos iniciados en la distancia y en el olvido.

Algún día volveremos a sabernos, quizás, algún día cruzaremos alguna mirada por el bulevar o en la avenida; algún día escucharás de nuevo mi voz pronunciando tu nombre, o algún adjetivo que con tanto cariño y amor te enuncié, algún día volveremos a sentir un roce accidental de nuestras manos y una cercanía de nuestras almas, tan pegadas que te harán tambalear y te plantearás la idea infinita del tiempo perdido sin nosotros dos... Algún día, algún día... O quizás nunca, o quizás siempre.

Héctor.

Tuesday, June 07, 2016

¡Gracias!

Gracias por haber leído alguna vez alguno de mis escritos, por haber consentido a tu corazón con alguna de mis palabras rebuscadas. Gracias por ser la inspiración que rima a poesía y que enciende mi voz en lejana melancolía, por ser el cause que lleva mi río de calmas y por ser la pausa en la laguna de mis emociones. Gracias Mar, por permitirme sincerarme como nunca antes lo había hecho, y sobre todo, por soportar cada una de mis incesantes y pícaras palabras, por consolidar la palabra alegría y por cuantificar mil sonrisas, en una sola de tus muecas cuando reías.

Gracias por permitirme una eternidad a tu lado, por concebir que un segundo contigo, sea un año, por prestarme un desayuno de tus manías y por reubicar con claridad de dónde vengo y a dónde voy... Gracias por ser la solución cuántica de mis ecuaciones, por ser la bandera que guía mi corazón, por estar cuando no estuviste y por no estar, cuando siempre estuviste. Gracias por ser el más hermoso recuerdo que tengo presente y por permitir al pasado siempre ser una pieza de mi futuro metafísico, en donde te palpo, te abrazo y aun te hablo... aunque no nos hablemos mas.

Gracias por romper mis esquemas, por ser la precursora de la vida posterior a tus huellas, por editar y exhibir la mejor edición de mis cualidades y por mantenerte vigente en mis latidos y en mis idilios, por ser la sonrisa que esbozo al cielo y el viento que roza mi rostro a campo abierto, por ser la música que escucho dentro de tus oídos y por ser la sensatez de mis imprudencias, la envidia de mi nobleza y por sobretodo, por existir en el mundo, en el mismo mundo que compartimos y en el que ambos nos ubicamos, aunque no estemos lado a lado, aunque estemos a millas de distancia, a corazones olvidados... No escribo más, solo medito el pensar y en el pensamiento te recito, gracias de verdad.

Como dijo Benedetti "Te espero cuando miremos al cielo de noche: tú allá, y yo aquí".

Héctor.

Thursday, June 02, 2016

Decisiones...

No escribiré un lloriqueo mas, solo aguardaré sentado en el sofá, a que alguna palabra tuya emane en la forma que no tiene forma, como un cubismo o un barroco que no se aprecia, solo se jacta de serlo...

¡Me pediste que no insistiera y así lo haré, así lo haré, maldita fortuna! Pero así tendré que hacerle y vivir para morir, vivir para ti y tus recuerdos y tus efímeras palabras... Aun recuerdo como ayer tu modulación de voz, aun no olvido la curva menguada de tu nariz, aun no rebobino del todo la cinta y comienzo de nuevo aquel veintidós, aun no te olvido... Aun no has aparecido.

Las decisiones que uno elige son las que debemos seguir; sensato de aquel que apela al instinto y no piensa tanto las cosas, así como pensaste en la distancia que  elegiste, así como te autoconvenciste y me conminaste a no insistir, a no acelerar la inercia de esta caída libre.

Las decisiones que uno elige... Y en todas esas decisiones no olvidaste olvidar olvidarme.

Héctor.

Thursday, May 26, 2016

Ya Pasaron los Meses...

Y me dejaste con la marea de sensaciones en el acantilado de todo este vacío. Todo un holocausto de emociones, saberte para perderte, reconocerte de nueva cuenta solo para que me dijeras adiós, sin importar un poco lo que uno es como persona, lo que uno siente y lo que uno se plantea de vida, de sueños y expectativas.

Me siento como un ladrón de sueños, como un malhechor que tiene como pecado amarte tanto, y solo agacho la mirada mientras tu te vas ¿Por qué me insistes en no insistir? ¿Por qué me atrapas en sentir de nuevo tu indiferencia, la hiel que demuestras a este, tu siervo, que solo se vanagloria a si mismo de haber probado de tu miel, y haber caído sucumbido en tu adicción.

Esto no puede ser, vuelvo a la etapa de la negación, vuelvo a la carga de sofocarme en la avalancha del escenario de tu olvido ¿Con qué libertad me lanzas a los leones? ¿Cómo has podido olvidarme de facto, cuando tú antes me pediste que nunca te olvidara y no lo he hecho y no lo haré?

Fue agridulce saber de ti, fue placentero cruzar caracteres, cruzar ápices binarios entre tus deseos y mis temores, entre mi fantasía que viste y calza tu nombre y el miedo y rechazo que lleva mis formas y mis pasos... Estoy dispuesto a esperar la nada, a esperar el infinito de tu tiempo, la calamidad de mi sordera y cegada hambruna de ti, de tus palabras y tus abrazos. Luego de aguantar tantas distancias, puedo soportar otra más de tus distantes aclaraciones, puedo dejar de insistir en no insistir, puedo dejar de cuestionarme lo que no me había cuestionado... Y lo que quieras contra lo que yo quiera, no lo quiere nadie, solo quien no ha querido... Y yo he querido mucho, pero sé que en algún momento, todo pasará... Y sin embargo, ya pasaron los meses, pero no pasas tú.

Héctor.

Friday, May 20, 2016

Solo te Pienso.

No encuentro qué decir, con el telón de esta tragicómica obra de ficción, me he quedado sin manuscritos que relaten mis iliadíticas idealísticas historias... Mejor me guardo la última sílaba de mi acervo de líneas para pescar alguna palabra de tu diccionario, en donde me he pasado de largo cada definición que conjure tu nombre, tus ojos y tus labios.

Cuando nos besamos en exceso, sin parar, faltaron los besos y sobraron las ideas, sobraron los estigmas y la intensidad que arrebata y asusta, sobro cerebro, pensamos de mas! y hasta el día y momento en que escribo esta carcomida línea, no hemos procesado y dejado de pensar, sería mejor solo amar, sin pensar tanto; en lo planeado, en lo olvidado, en lo que cierne la ilusión y ensalza la esperanza... en tus besos, con esta diarrea de palabras y una verborrea de conceptos, con anemia de acciones e inanición de esos mismos besos.

No te pienso cuando puedo, por lo general, la mayor parte del día me sostengo pensando en tus días o en tus noches, en tu compañía en el seno de mis emociones; en el cuadrante de mis distancias, pero siempre condenado a amarte aunque hayas olvidado que debías olvidar olvidarme... Solo te pienso sin parar.

Y siempre te pienso Mar y siempre anhelo un día de estos o de aquellos, poder vivir tu regreso.

Héctor.


Tuesday, May 17, 2016

Cartas.

No alcanzo a distinguir el horizonte, se ha nublado desde que te marchaste, se ha vuelto confuso y con poca línea visual. Debe ser por la falta de alcance que tiene mi mirada, no que va, no es la mirada, no es el rango visual o los efectos de mi cada vez más avanzada edad, es simplemente por la falta de tu claridad, por la presencia que hoy en día es ausencia; por tu emotiva carta de despedida, inconclusa, tan magnifica, tan elocuente y perfecta, porque al quedar sesgada del total de sus líneas, me has dado píe a que yo la concluya, a que le termine las oraciones restantes y que ensaye sus posibles finales; en verso o en rima, en soneto o en forma de cuento, de mil formas y en ninguna quizás, como tenga mi estado de ánimo, en los momentos de dicha y en los momentos de extrañarte más.

Esa carta es mi pasaporte a la dicha, es mi horizonte con claridad, es mi brújula que me guía en esta veda de tus palabras, en este canal que solo recorre un sentido y que me deja afónico de tanto gritar tu nombre Mar, de tanto pronunciarte como un acontecimiento lejano, como un milagro que me sucedió solo una vez, como una sola oportunidad divina de cruzar las puertas del cielo y encontrar tu semblante y tu deslumbrante sonrisa dándome la bienvenida. Esa carta es sinónimo de tu ternura y mi audacia, de tu cariño y mi ingenio, de tu entera filantropía con mi corazón y las veces que te dije que eres mi amor, es porque el recurso del amar está en mi, todo en mi y para ti... Solo que mis cartas no llegan a tus ojos y mis líneas se extravían en el mar de nebulosas horas en el tiempo... Mis cartas, mis escritos se pierden en la naturaleza de su existencia, pero mi amor, mi devoción por ti por tu persona, por quien eres y por todo lo que has representado desde aquel noviembre venti cuatro en que te conocí, no se nubla, no se borra; podrán haber muchos horizontes y  nubarrones, pero este sentimiento de amor y tristeza, de devoción y eternidad, no se nublará nunca, aunque pasen otros cien días más.

Héctor

Monday, May 16, 2016

Aunque no nos podamos ver.

Puedo pasar por semanas o décadas enteras, sin que mantengas rastro de mi existir, la última vez tardamos treinta y tres años sin vernos, bueno, treinta y tres para mi, tan solo diecinueve tuyos... El tiempo que he hilado sin parar en tratar de encontrarle fin a los puntitos que brillan en el cielo por la noche, intentando contar cada surco de cielo oscuro, plateado con la bóveda pálida de estrellas, y su luna menguada destilando llanto con solo unos cuantos pellizcos de melancolía y tristeza.

Intento contar más estrellas y no logro enfocar mi vista en ellas, solo concibo recordar el sofocón en mi vida cuando nuestro primer beso, el morder apasionadamente tus labios, cayendo en el deseo, cayendo en lo prohibido que es dictado por quienes no se han besado, por quienes no han degustado la exquisita delicia de tu aliento, empalagándome para toda una vida, convirtiendo mis ansias locas de  ti, en un celibato de emociones en donde la única presencia en mi vida, será tu ausencia, tu espacio, sin ti... No sé qué hacer después de que te conocí, no sé si volverás o yo iré, no tengo tanta imaginación, y mucho menos tanta fe, pero me guardo la ilusión, para acercarme a tu paraíso, de eso estoy seguro.

Despacio y sin apuro, con calma sazono en mi mente tu desnudez, tu playa entera, tu mar, mi Mar, tus caderas y su oleaje ajetreado, tus pechos y su agitado respirar, tus besos y mis besos, tus manos en mi cuello, y cada palabra que de aquella noche guardo para sacarla y entregártela como ofrenda, como tributo en agradecimiento por haberme concedido el honor y el placer de amarte tanto, de tanto que te amo, aunque no te pueda ver... Aunque no me puedas ver.

Héctor.

Wednesday, May 11, 2016

Una Legua de Amor.

¿Seré de piedra? No, no lo soy; no lo soy, porque siento desde que te siento, porque extraño cuando, amada mía, extraño desde que tengo el divino regalo de haberte palpado, de haberte abrazado, de haber rozado tus labios con los míos, de haber ensayado mis líneas obtusas inspirado en tu llana mirada, en tu profunda sonrisa, cautivo de tus cautivantes ademanes, y siendo solo un ciervo de tu conciencia.

No, no soy un artefacto articulado, soy mucho más, soy aquel que sostiene la mirada, enjugada en la lágrima que no corre, con solo escucharte invocada; soy el que se hiere a si mismo cuando sale lastimado con la salpicada escaramuza que representa conocer tu extensa existencia; si, soy mucho más, soy el que llueve cuando acampó en tus muslos y los besó, el que tomó tus muñecas mientras apresaban mi nuca, acercando más y más mis labios a los tuyos... Soy una legua de amor, soy un millaje de recuerdos y un estribo de sin sentidos.

Si, si, una legua de amor, todo un basto camino muy sinuoso en el que se soportan muchas quimeras, muchas sensaciones de tanto amar, de tanto venerar tu presencia como si fueras una compleja fábula que se cierne en mis cabales y contra corriente te delimito los confines de las fronteras de mis pensamientos y mis inviernos con sus respectivas primaveras.

...A veces he llegado tan lejos sin ti, pero vuelvo la vista, sigues perteneciendo a mi costado, sigues dibujando esos caracoles eternos, sigues con tu lonchera en esa crepa que nunca antes probé, hasta que probé un poco de ti, mantienes tu constante soliloquio intentando convencerte de tus acciones; sigues estando en ese reducto universo repetitivo haciendo las mismas actividades, una y otra vez, tus mismas sacras manías que tanto me cautivaron y me pillaron desprovisto y con la guardia baja, pero que tanto amé contemplar, entretenido, entusiasmado, intrigado, enamorado...

Entre tantas leguas de amor, vivo en el encierro de preferirte más que a nada en este mundo, aunque solo sea tu recuerdo no favorito del gran amor que destilamos en aquella cabaña once cero uno... en solo una noche, antes de comenzar a vivir...

Héctor.

Saturday, May 07, 2016

Realidades.

La realidad es que ansiaba mucho conocerte; contrastarte bajo la pálida luna que nos platea las sienes, y puedo sentir dicha de haber tenido la oportunidad de intercambiar lenguas, de cruzar sonrisas y pellizcarnos la piel con pinzas, como felinos que se acurrucan para darse un acuse de vida, para emprenderse de feromonas de alegría...

La realidad es que no te olvido, y no te olvido por mediados de mayo, casi a la vuelta de tu esquina, como gendarme divisando esa silueta, tan pequeña y tan  cautivadora, tan titánica y vertiginosa, como un volcán, como un tulipán, como mis anhelos y como mis recuerdos que siempre te materializan rondando mi día y extrañamente extraviada, estando pero no estando, como recuerdo pero siendo el presente menos exacto... como oda de poesía, siendo solamente el tercer acto para bajar el telón y quedarme sentado en la silla.

Realmente suspiro de bruces y con las manos cubriendo mi rostro, con los espasmos de lo logrado entre tus labios, de haber cursado tu materia y haber reprobado; con la maestría de idolatrarte aun estando relegado, y de saber que en mi realidad, has sido la causante de que hoy vuelva a amar... Mar.

Héctor..

Wednesday, May 04, 2016

Mitos.

Y ya se fueron los fríos de enero, y llegaron las flores de mayo... Como dice la letra de la canción, he aguantado a lo macho, y siempre te llevo en el corazón...

He pensado mucho en ti, he visto alguna que otra foto tuya y tu recuerdo viene a mi, se apodera de mi ser, de mi conciencia y toma posesión de mis impulsos, luego me abraza el silencio del hueco que aun existe en mi corazón, ese hueco que delinea tus ojos, tus hombros, tus delgadas manos, tu cálido aliento, el marrón de tus labios y tu cintura que tanto aun quiero.

Los mitos existen, como ofrenda a las grandes vivencias y experiencias que existieron en los lejanos ayeres; los mitos tienden a exagerar, a manipular y a torcer la verdad, pero en este caso, eres la excepción que da certeza a la regla, pues cuando digo que no tengo aspiraciones posteriores a ti, es un hecho que tu eres el cielo que jamás volveré a tocar, que cuando digo que tu grandeza es equivalente a tu belleza y que esta pierde punto de medición, es porque el alcance de mis ojos se quedaron atrapados en el infinito de tu hermosura y más allá todavía; que cuando hablo de ti en tiempo pasado, colapso y genero la paradoja de que tú no te mides tiempo, pues eres omnipresente en mi vida, conjugando pasado, presente y futuro en un solo momento que es para siempre, que cuando digo que no volveré a amar nunca como te amo a ti, es porque mi alma sintió el velo y la brisa de tu alma, se conectaron para siempre, a pesar de que me creas lejano y etereo.

El mito más grande de mi vida lleva tu nombre Mar, lleva tus zapatos, tu morral y tus ilusiones; el mito más grande de tu vida, lleva cada línea de mis pasajes sin sentido, lleva mi corazón que ya no late, sino se mece esperando un beso tuyo; el mito más grande de nuestras vidas, es el gran amor que en una noche nos dimos, porque entre amar y amarnos existe un infinito de diferencia, porque amar es para cualquiera, pero amarnos, se dio, conspirando al sentido, revolucionando la teoría y amándonos para toda la vida.

Héctor.

Wednesday, April 27, 2016

Solo un Tiempo...

A veces me pregunto, si es que aun te acuerdas de mi; hay veces en que pienso que ha sido tan lejano lo nuestro, o lo no nuestro, que parece ser obra de un guión de ficción, algo que nunca pudo pasar, ni en el más mínimo acorde de los hechos que vivimos juntos, cada quien en su mundo, pero juntos.

Me dijiste tantas cosas, la gran mayoría de esas palabras, fueron miel que encendieron mis sentidos, que encendió mi corazón; me confiaste tus gustos, tus molestias, tus inquietudes y tus anhelos; en alguna ocasión te presumí la garnacha que comería, y tu reviraste arguyendo que esa no era tu comida preferida... Nos dijimos tantas cosas, lo de veinte años en tan solo treinta días; trasladamos la primavera sumergidos en medio del invierno y subimos la temperatura de tus manos con el frotar de la mías, como un ligero tallo, como un ligero roce... Como rozaste el alma mía.

Y de pronto llegó la noche, en la tiniebla espesa de no saberte más, con la burda esperanza de esperar a que te decidas a buscarme o ya entrado en resignación, plante la semilla de desaire que a todos nos da lo que nos ha quitado... Para mantener las fuerzas o aprovisionar fe, en raciones razonables, me notificaste que este distanciamiento sería solo un tiempo, y es en este tiempo que me he dado cuenta que es para siempre, no es un siempre por un tiempo, es un tiempo que es por siempre, en donde no te olvidaré... Aunque pasen días y días enteros sin que escriba mis líneas, ten seguro que no te olvido, solo guardo mis letras y palabras de ti, para sobrevivir a esta veda en que amo tanto a quien algún día me pudo amar.

Héctor.

Friday, April 22, 2016

Como Botoncitos...

Y cuando se quita sus lentes de botella, sus ojos son chiquititos, como un par de puntitos, como botoncitos que apenas se miran... Así te describieron, así te detallaron, como si yo no conociera el contorno tan hermoso de tus ojos, como si yo no hubiera perdido la razón ante tan bella y profunda mirada, como si no sucumbiera en los estragos de la agradable visión que recuerdo que profesaste, como si te tuviera aun en mi, como si me encontrara aun en ti...

Te quisieron pintar en mi mente, como si fueras acuarela, como si el borde que define tus formas fuera en pleno desconocimiento del mapa que guía cada cuadrante de tu cara, es tan arcaico creer que no te tengo grabada en el corazón, casi tan obsceno como considerar que a tan solo cuatro meses desde nuestra noche, yo hubiera perdido cada detalle de ti, cada rincón de tu intimidad, cada surco de tu anatomía, cada sazón de tu humedad.

Y es tan implícito que te ame tanto, aun en este tiempo fuera, que llevamos guardado, que el mismo amor que se eleva al cielo y genera llovizna en mi corazón, ha germinado en un jardín de girasoles de tu cabello, vistiendo tu cuerpo de mis caricias, y pintando retratos de tu pelo enramado en las rosas de la pasión que por ti siento en aumento, creyendo en tu regreso, labrando la epifanía que describe tu nombre y se embelesa en mis recuerdos que dibujan tu cara, que dibujan tus ojos, que aun brillan sin tus anteojos de botella, que me hacen recordar tu mar, que me hacen recordarte tanto Mar... Y me vuelvo marinero de tu costa y te conviertes en faro de mi proa, con aguas tranquilas, con futuros entrelazados, sin nosotros, con los dos, presentes en nuestras ausencias, pero siempre considerando a tus ojos, como la antesala y la puerta de mi amor.

Héctor.

Tuesday, April 19, 2016

Han Pasado Tantas Cosas.

Han pasado tantas cosas... Mis ojos se han secado, mi cabello he recortado en varias ocasiones, mi acento se ha vuelto mas pausado, los lugares por donde camino se han sumergido en nostalgia, las cosas que he vivido, como pensarte de madrugada, o el acordarme de ti en el almuerzo o en la cena, o las sonrisas y carcajadas que obsequio a un buen chiste o una buena broma... las palabras que te he escrito de devoción y ternura, de alabanza y tanto recuerdo, si, han pasado tantas cosas, menos tú.

Muchas veces te presentí, supe que algún día pasaría por alguien como tú, que te conocería y para siempre te amaría; siempre comprendí que no mucho duraría, siempre que pasan tantas cosas en tan poco tiempo, se vuelve todo tan 'intenso' y tan repentino, como un resfriado, como un mal del alma. He sido muy intenso en la vida, tú has sido un faro que ha iluminado la noche en que vivía, me has dado esperanza, de haberte encontrado una vez, creyendo que podré encontrarte otra vez y otra vez, siempre que te busque y siempre que te espere, siempre que te recuerde y siempre que te sueñe... Siempre te sé, siempre investigo en mi alma cada paso que das, cada escena que vives, cada momento de tu grandeza, cada decisión que tomas; en todas te sé, porque el alma, el corazón y la fe se entienden y se hablan por otra frecuencia, en otro canal de comunicación, en donde solo se conectan las emociones más intensas, las sensaciones de cariño y alegrías enteras... El verdadero amor.

En algunas mañanas me ha sucedido, que me siento a quererte escribir, que me pongo a un 'envío' de conectar un mensaje directo contigo, o que me detengo en la orilla del vértigo de presionar el último dígito de tu número de localización, pero siempre me detengo, siempre me colapso antes de contactarte, siempre me ofusco de anticipar tu respuesta, predispuesto a no saber y seguir en la miseria de tu ausencia, resfriado de no verte y por supuesto, de no escuchar tus palabras que tanto te caracterizan y te hacen tan única, una en un millón, sin duplicado, como te he dicho antes, como tú no han nacido dos mujeres... Y entonces borro el mensaje, o cancelo la llamada, y me pongo de pie, abandono el sofá y hago de la nada una distracción para simular que no te recuerdo, para asociarme al olvido como un traidor, aun cuando tanto me esfuerzo por olvidarte, que es por ello mismo que no te olvido.

Han pasado tantas cosas... Pero en mi tristeza, no has pasado tú.

Héctor.

Tuesday, April 12, 2016

No hay Tanta Distancia.

No hay tanta distancia como se ve, no existen tantas barreras como parecen; si algunas fuimos amigos, antes incluso de que te amara y te llorara, entonces sigamos siendo amigos, aunque los kilómetros nos separen y la desdicha inunde nuestra alma. Porque contigo, aun siendo mi amiga, detallaría cada alegría de la vida, haría un lienzo del cielo que respiras, un poema de la hebra del cabello que resbala de tu frente a tus mejillas y del rosa de ellos,  haría la acuarela en que diario pintaría.

No existe tanto complejo como parece, no existe un espacio sin tu ser; si en cada respiro que emito, se me escapa un gramo de alma buscando tu sitio, y regresa siempre sin hallar nido. Porque cada pensamiento, cada sentimiento y cada vez que te recuerdo, en cada una de las mañanas, me viene a la mente tu fragancia, y revivo nuestra noche de amor; la noche en que me enamoré, la noche en que te extravié, la noche en que dejamos nuestra amistad, y la cambiamos por esta desazón, por esta desilusión...

No debemos temer, no debemos dejarnos para después, no debemos permitirnos olvido, si con las noches sin tu sonrisa es el más grande castigo, y aun así resisto sin ti, sin tus recuerdos, sin mi en cada uno de tus momentos; sin nada más que un sorbo de tus labios que llevo en la mochila, que llevo en mi bolsillo dentro de mi gabardina, pensando que tanto frío, es hielo de extrañarte, es la tristeza de no olvidarte, es la hiel de estas líneas que tanto resaltan tu esencia que tanto me cautiva, que tanto expresan tus ojos de poesía, que aun rozan tu piel... Aunque yo ya no tenga en mi vida nada de bien.

Héctor

Friday, April 08, 2016

Hablar Entre Dientes.

Me gustaba verla hablar entre dientes, como mascullando ideas de amor que danzan en su cabeza... Era divertido charlar con ella, era lo más bello de la vida, era romper en jirones la monotonía de la vida y encontrar el mejor de los motivos, para ver escapar las horas, cual si fueran unos cuantos grumos, unos cuantos segundos.

Cuando ella hablaba para si misma, cuando ella habla para ella misma, era, es un espectáculo de primer mundo, un concierto que aun tengo fotografiado en mis ojos, es la opoteosis que me da el nirvana de sentimiento; es laurel que corona triunfal mi jornada en la vida... Verla hablando, en el soliloquio de sus desenfrenos, de sus ideas irreverentes, era estar presenciando una obra de teatro, con telón y bambalinas de sus actos, era la sucursal del cielo en esa oficina, era saber que la tenía a unos metros, y casualmente rozar su mano y su rodilla.

En sus discursos, en sus regaños, en sus anécdotas, en sus desahogos, verla completita, como una obra de Neruda, como un Cuadro de Van Gogh, empapada en palabras, salpicando amor, ilusionando a la ilusión, y haciéndome amarla, como hasta hoy, no la puedo dejar de amar... Y la amo más.

Verla hablar entre dientes, resultó ser la experiencia mas grande que jamás haya tenido, fue haberla amado y odiado por ser tan lejanamente cercana, por tener la felicidad de lo incierto en su presencia, por beber hasta la saciedad la miel que me daba su vida, improvisando con nuestras rutinas, ahogándome en el matiz de sus ojos que me hipnotizan, como Mar, como horizonte, como mi velo, como mi pasado, como sentimiento encallado... Como una embajada de sus instantes en mis recuerdos, como enamorarme de sus palabras vertidas al viento, como enamorarme de treinta días que la disfruté por entero, y entonces arrojarme al vacío de sus palabras que aun no olvido... Y me decretan que sigue extraviada, que sigue perdida.

Héctor.

Thursday, April 07, 2016

Bésame.

Si se puede, me quejaré de este dolor de espalda en este escrito; lleva ahí atorado, como pinchando la columna desde hace algunas semanas, creo que es el artero resultado de tanto tensar al espíritu para que no abandone mi cuerpo y se vaya al vacío, buscando un rastro de ti, buscando ver la posibilidad de al menos una vez más dibujar tu cara, y volver a saborear tus jugosos labios, besar tus exquisitos labios que fueron el vino que embriagó por siempre toda mi vida.

Bésame mucho, ese es el grito de mi cuerpo, que pide a feroces alaridos una dosis de tus besos, unas gotas de la miel de tus labios, que le calmen este dolor que no le permite moverse por completo. Si, bésame mucho, bésame tanto que nuestros labios se partan de tan encumbrada batalla, de tan titánico duelo de pasión y lujuria, de carne y deseo, de amor y sentimiento. Bésame más, como aquella vez, no, no como aquella vez, mucho más aun, bésame hasta que el cielo se caiga a pedazos, como cuando la luna asoma su nariz en el tintineo de las estrellas, en la curva de su menguante, que es igualito a tu perfil, a tus estrellas que estelan tus iluminados y bien formados ojos... Bésame, cual si fuera una taza de café o un poco de té.

Un beso como aquellos, curan cualquier padecimiento, un beso de sabor chocolate, con retoques de tu sazón, es el fomento que alivia la hinchazón de mi corazón; un beso en ayunas, o después de la merienda, entre comidas y sin beber, y con solo tus labios para probar, es ese, el exquisito manjar, como uvas que pienso aderezar, como recuerdos que pienso siempre recordar, como la esperanza de volverte a besar, que pienso en mis manos, en mis labios y en mi ilusión siempre recordar... Bésame en cielo con lluvia, bésame en aquellos lejanos años, bésame como nadie me ha besado, y te beso Mar, como nunca a nadie besaré, aun sin tus besos en mi costado... Así te amo!

Héctor.

Wednesday, April 06, 2016

La Tarea y Esas Cosas...

Mejor hubiera elegido yo, así la últimas palabras que hubiéramos cruzado los dos, serían algo más de amor y menos casual, algo más espiritual, algo más osado y de mayor fuerza, como un verso no rimado o la proesa de una promesa escrita en una de mis prosas... Valientes líneas, un disparo a nuestra propia sien, toda una osadía retirarte del escenario, recitando esas líneas de desencanto, de distancia y quizás mucha tristeza, pero que siempre se debieron seguir.

Mientras tanto, seguiremos en medio de la tarea y esas cosas, seguiremos haciendo lo que se debe hacer, con la fuerza renovada y con la piel ya más entumida, descarapelada; olvidando el sabor de nuestros labios, retirando el volumen de tu voz y mis rítmicos suspiros al suspirar, contemplando tu rostro como un lejano recuerdo, como un nubloso pasaje que solo duró algunos días, pero que me marcó por dentro y para siempre, como siglos enteros, siendo apenas segundos, en donde hubo de todo y de todo nos faltó, en donde vivimos lo que no alcanzamos a vivir, y gozamos lo que jamás pudimos gozar, en una dimensión finita, pero sin principio ni final, en donde yo era el artista y en el lienzo dibujé tu leyenda, y tu nombre bordado en seda y papel crepé, ante los actos que nos marcaron y terminaron en aplauso de tan emotivo drama.

Persisto en la cuesta que lleva el olvido de tus rasgos, el deteriorar cada detalle que te hacen tan especial, tan única, una en un millón, y solo me da la asfixia por las bocanadas de aire que dejé cuando tu nombre en mil besos que te di, susurré... Siempre te pienso, siempre te extraño, háblame algún día, no importa cuándo, no importa que las cosas vayan mal, no importa si las cosas van muy bien, yo siempre querré hablar contigo, aun en el silencio del viento que no ulula, aun en el recuerdo de invocar mis palabras y mis consejos, siempre querré conversar con tu hermosa enciclopedia de virtudes y errores, porque soy exactamente eso, por que soy ese a quien tu pudieras llegar a amar...

Héctor.

P. D. Había puesto en mi pecho, un pequeño letrero que rezaba "Cerrado por demolición", y aquí me tienes, pintando las paredes y abriendo las ventanas, por si decides volver.


Friday, April 01, 2016

Los Fríos de Abril.

Ya  dejamos lejano a diciembre, y se ha adentrado la parte central de este año, han pasado muchos meses, muchas historias te he contado y no se siquiera si las has leído o ya me has olvidado...  He escrito hasta sangrar la mano, he callado hasta irritar mi garganta de tanto que tengo por hablar, compartir e ilustrarte... Han sido solo unos meses, pero en medio de este frío de abril, han sido como cien años, como muchas historias embotelladas al mar, como muchas cuencas no visitadas, como un horizonte marcando nuestro rumbo entre los dos... Lejos, muy lejos uno del otro, muy lejano tu amor de mi amor.

Cada que escribo pensando en ti, Mar, tengo un extenso repertorio de ideas, de cuentos, de invenciones y verbo a granel, en abundancia y consumible; a veces me da por pensar, aunque salga muy mal herido, y dejo de sentir cuando solo pienso en ti, cuando solo siento entumidos los dedos, de tanto frío; frío proveniente del alma, frío que escalda al corazón, que nos entumece los dedos y que hace invierno a pesar de este abril.

Mis días están contados, estoy por terminar este ciclo aquí, en esta cortina de plástico, en esta quimera llamada trabajo, en este monótono agonizar, viviendo en el fondo, atrapado en este sótano, sin tener nada, más que el recuerdo de tu ayer, más que la aurora de tus cabellos, otroras cafés, más que el diluvio de tus besos de aquella noche, que parece que fue ayer.

No fue un acto de desconfianza, este frío no fue producido por culpa de la desconfianza, no, este frío es la calamidad surgida de mis penas, de pensarte y amarte como te amo, de añorar conocer un poco más la obra de tu teatro, de tener el boleto en mano a la función de tus encantos y perder la entrada justo al borde de tus peldaños. Este frío que es intermitente, pero arrecia más por las mañanas, es la ventisca que me sacude y me inunda de tus recuerdos, es el fruto que aun vive en la rama del ciruelo, es el augurio de seguir viviendo a base de tus recuerdos, es recordar que he olvidado la tonalidad de tus silencios y que tus ojos ya no reflejan a escondidas lo mucho que ya me estabas queriendo, pero que lo guardabas para ti solita...

Me quedo con este abril, con esta tristeza que llevo de bandera, con esta miseria que se antoja es mi estrella, pero con la tranquila convicción de que tu vida vaya en bien y felicidad, que mi lejanía sea el recuerdo de tu compromiso contigo misma por ser feliz, porque si yo no estoy en ti, es porque sin mi seguramente eres mucho más feliz que nunca más, pero si dejas la dicha y el encanto, entonces entro yo, para recordarte la sustancia de la felicidad, y el ejercicio diario de enamorarte y procurarte más, para que puedas amar y consigas mantener tu felicidad... Mientras tanto, me resoplo las manos, y calmo un poco más este frío sin ti, este frío de abril.

Héctor

Thursday, March 31, 2016

En Ausencia de mi...

¿Cuánto es de merecimiento?¿Cuánto es por causa o efecto? El final del camino me tiene sin ella, ya casi sin su recuerdo, como un oleaje, caminando juntos, en su ausencia, en la cercanía de su retirada presencia, como en un sueño, teniéndola, pero sin tenerla, sintiéndola como se siente al humo que sale de la chimenea, como sintiendo el carbón ardiendo y que quema, como respirando lo condensado de la mañana, lo abrumante del peso de las cobijas sabiendo que no la tengo a ella en medio de este viejo edredón.

Sin ella saberlo, he recitado muchas lágrimas de hollín que han oscurecido mis indumentarias ropas, juro que lo había sentido corazón, juro que antes de que ella y yo camináramos juntos, yo no había aun nacido, no había inhalado inspiración, y no había siquiera, siquiera aun pensando, porque hoy pienso en automático, y a ella, mi Mar, mi Duende, siempre la pienso, aun sin querer.

Tengo que limpiar cada huella de sus manos en mi piel, remover la arena hasta que la entienda perdida, hasta que la entienda como ausente y lejana, retirada y en el adiós. Espero que me perdone, que me perdone por pensar en ella, por haberme ido, por no haberla retenido, por no haber dicho lo que debí decir, que me perdone por quererla en demasía, por llorarla hasta dormir, por amarla hasta morir.

Aquí hay un corazón herido, en el infarto de la soledad, sin brazos para prensar, abrazando con el alma, libre como el aire que ella declama; de noche en su madrugada, hueco esperando que su clamor lo vuelva a llenar de amor... Aquí hay un alma que pena, un alma que arrastra su distante y mordaz esqueleto, que le pinta el rostro de colores a la vida, y le juega a la Catrina una careta de felicidad, pero que sigue en una lucha constante por sobrevivir el día a día, el pasivo que existe en su vida, el pasivo que existe en mi vida, pensando el aquí, pasando segundo a segundo, pensando en ella, viviendo el hermoso peligro que sobrepasa el terreno físico, y es el alimento que me hace equilibrar mi bien y mi mal, todo en su inspiración, en la inspiración de ella, junto a ella, y en ausencia de mi...

Héctor.

Monday, March 28, 2016

Lo Más Difícil de la Distancia.

Bien dice el adagio "La parte más difícil de la distancia es no saber si te está echando de menos o si te está olvidando"... Y lo que más se teme es que ese sea mi talón de Aquiles, que comience a olvidar, a dar signos de desavenencias mentales, de pequeñas lagunas que la borren de mis sentidos... Aunque jamás podré olvidar sus besos y sus hermosos ojos, chiquititos, redondos y encobrecidos.

Nada es para siempre, ni la felicidad, mucho menos la desdicha, todo está en constante movimiento, en un cambio perpetuo.  Lo que hoy es probablemente un pesar, quizás mañana sea solo un recuerdo de algo que vive en el interior de mi, de mis sentidos, de mis pensamientos... Pensamientos, ¿Pensar? No he hecho nada más que pensar; sin trasladar al plano real lo que retóricamente vive estrangulando mi pasado y mi presente ¿Cómo es posible pensar tanto sin actuar? ¿Cómo puedo dejar pasar a quien es el amor de mi vida, así como una ráfaga de viento, sin siquiera pestañear y alzarle la mirada para vernos a los ojos una vez más? ¿Cómo puede mi cobardía solo pensarla, una y otra vez, sin notar que gradualmente, su rostro se diluye de mi mente? ¿Cómo puedo dejarla de pensar, si mi pensamiento lleva siempre su nombre y me duele?

No sé, ando en proceso de renovar las ideas, de renovar los sentidos, de apuntar la brújula lo más alto que se pueda, para estar a la altura de sus sueños, alcanzarlos, desprenderlos y hacer un concierto de sorpresas en su vida, de renombrarla con atributos de gardenia, con estrellas de sacra hermosura... Con la sentencia en mi vida que de ella es, que a ella le pertenece y que perdurando por los años, y lo más difícil de la distancia, nunca podré, jamás olvidarla...

Héctor.

Antes de ti.

¿Me preguntaba qué había de mi antes de ti? No sé, creo que yo nací después de que te conocí, creo que respiré cuando inhalé tu interior  y tu amor, y siento que antes de encontrarte, no había historia en donde yo hubiera amado como cuando te comencé a amar y me enamoré de tu corazón...

A través de estos días,  de estas semanas y estos largos meses, con el pasar de las horas, con el pesar de los segundos, al transcurrir el longevo tiempo, me he sorprendido de saber que algún día conocí el cielo, de que fui un privilegiado en vida, por haber tenido la satisfacción de saber que existes, que hayas dejado huella en mi vida, que hayas cicatrizado mi piel, y descubrir que eres la brisa que aun respiro por las mañanas, saliendo de mis rutinas.

Entre tu vida y la mía hay mucha distancia, hay poca brecha, solo unas anécdotas y unos cuantos respiros. Entrado en la nostalgia, quedo deslumbrado por la magia que me da el recordarte, el tener la sensación, aun en mis brazos, de cuando te abracé, por el adictivo manjar que devoré cuando tus labios fueron parte de mi, de la pasión y deseo de reacio que detonaste a mi muerte espiritual y de las largas horas, bebiendo de tu taza de té.

Wow! Quedo impactado ante el retrato de tu recuerdo, quedo perplejo de pensar, Mar, que alguna vez te hice mía, aunque fuera solo en sueño y en el ocaso de mi cordura, y en la madrugada de mis deseos. Hermosa como la puesta solar, hermosa como nadie más, una en un millar, nadie como tú, nadie más a quien pueda amar igual.

Antes de ti en mi vida, no había la expansión de mi vista, no existía el cielo pues no lo acaricié nunca, hasta que tomé tus manos en las mías. Antes de ti, no hubo el tiempo, porque el tiempo corre en segundos en regreso al momento en que por vez última te vi, y antes de verte por vez primera, el tiempo fue creado a partir de tu primera vez que viste mi mirada queda, amándote en silencio y besando solo el aire de la silueta de tu cuerpo... Antes de ti, nada, antes de ti, no existía yo, no existía Dios, no existía mi inspiración, no existían estas palabras... Antes de ti, hubiera vuelto a esperar, para que llegaras y entonces volverte a amar.

Héctor.


Thursday, March 24, 2016

Manos Frías.

Manos frías, como fomento de agua caliente a mis heridas... Un paño del ungüento de tus frías manos, son el necesario confort y el bálsamo que alivia la urticaria de tu distancia y tu cada vez más vago recuerdo. Soy un errante de la vida, soy un fugitivo de la alegría, soy un soldado de tu campo de batalla, soy la tilde que da acento y tono a tu nombre.

Manos frías como las tuyas, como tu estabilidad intelectual, como la mañana en la alboreada primavera, como la helada brisa matinal. Manos frías, que me encantó entibiar, que me apasiona acariciar, con su fina figura, con sus extensivas uñas, con su sensual danza al bailar en compás de tus palabras.

Manos frías, como agua de mar, como el fresco del manto de la ola que llega a la playa; como la nube que se condensa en llovizna y moja de claridad la tempestad. Manos frías que amo, manos frías que tanto extraño, cual seda que acaricia mis sentidos, cual nostalgia que me frota de alegría.

Con solo tomar tus manos, adquirí la sensibilidad de acariciar el cielo en mis manos, consumé la emoción de conjugarte en mi y para mi, de saberte mía, por el principio de que tus frías manos, hivieron de la emoción, el día en que te las besé... y sonreíste con ilusión.

Héctor.

Tuesday, March 22, 2016

Desde mi Corazón... Con Amor.

No puedo negar cuánto es que te quiero, sería como negar el aire que respiramos, como abandonar la letra que vacío en tu nombre, en tu honor, en tu recuerdo. No puedo pensar un solo verbo, o un solo enunciado sin que se me venga a mi mente tu mirada expresando tus ideas, sin que un proceso de rutina, como el recordarte, se convierta en una catedral de sensaciones y el barroco de mis emociones... No dejo de creer, que desde mi corazón, desde la profundidad de este corazón que a tus píes late con más desenfreno y a ritmos acelerados,  tenga tantos ensayos, tantas líneas, tantas composiciones que se inspiran en tu letra cursiva, en tus cabellos de cobre, en tus ojos de mar y en las finas manos que tienes para acariciar.

Desde mi interior, confino muchas alegrías a tu vida, con variables todas ellas, pero siempre en dicha, insinuando mil historias que desconozco, disimulando cada una de las caricias que nos dimos, olvidando el edicto de revocar al olvido en las sienes de la lejanía, en el arco de la futura esperanza, retomando ese mañana en donde tu excelsa majestuosidad de decore de todo lo bueno que hay en el mundo, para que tengas a bien, el bien, y que procures a la felicidad, como tu eterna compañera.

Desde mi alma, te cuento cada gota del mar, persiguiendo tu nombre, en el rocío salino del tono de tu hablar. Te confirmo absoluta Sirena de mis fantasías y la cristalina neblina que me entrega deseos y poesía, ventisca y bebida, sacío y calma para esperar que pronto regreses, a mi lecho, a mi lado, pendiente de tus mañanas, compartiendo cada palabra y fundiéndonos los dos, en solo una alma...


Héctor.

"Y no olvidemos que hoy es veintidós... Un mes más, desde que nos encontramos tu y yo... Los dos."

Toda una Vida.

La versatilidad de mi corazón es el estandarte de la cruzada  que transito y que lleva su nombre como ícono en la trinchera de mi Iliada... Alguna vez, imaginé que conocería a alguien como ella, con sus características, con su sentido del humor, con sus chistes de niña mimada, pero que, dicho de sus labios y en congruencia con la vida, es todo un amor. Ella, como profecía cumplida, apareció de pronto, en el umbral de la puerta, en coreografía con la belleza de la vida, armonizando todo en su avance y congelando mis segundos, en el cálido verano de su primavera.

Y dio inicio, el banderazo que inaugura la historia más larga del mundo, en el tiempo más efímero de la vida, un hermoso cuento que fue en ascenso, en donde mi admiración secreta, solo era fiel a su belleza, a su hermosura, a su simétrica y escultural silueta, a sus labios gruesos, que cuando les di mil besos, fue un enjambre de deseo; fiel al marco de sus creencias, de sus miedos, de sus traumas y sus complejos, a la grandeza de su corazón cuando se confesó en confusión, y al inmenso gusto de saberla, feliz, como lo es, la mujer que amo, que es feliz, en tristeza sin mi, pero feliz en su felicidad.

Hubiera deseado, no, deseo, haberla conocido más tiempo, porque treinta días y un poco más, fueron toda una vida; No alcanzo a dimensionar, si tuviera toda una vida entera para amarla cada día que pase, más y más, por su simple hecho de ser y estar, que del heroico acto de su respirar me ofuscaría de dicha y felicidad... Con toda una vida a su lado, sería siempre una eternidad, una paradoja que las mentes más brillantes, no alcanzarían a comprender, porque el amor que ella alcanzó a sentir por mi, y mi amor que desborda y aun se derrama por ella, son tanto y en cantidades tan abundantes, que la misma humanidad no le encumbraría nombre o adjetivo, simplemente nos dejarían que siguiéramos en el amor... Amándonos, sin molestar a nadie, sin señalar tan bello amor.

... Y ayer la volví a mencionar, y lo dije con tremendo pesar, pues recé así "No hay un día y un solo instante en que no la piense, en que no deje de pensar en ella, fue un amor de un momento, pero fue un amor que me ha de durar el resto de mis días". No pido mucho, pido algo racional, me sirvo con la cuchara grande con tener la oportunidad a su lado; solo un día más para decirle las cosas no dichas, con solo una hora más para enseñarle un poco de mi vida, con solo un minuto más para rozarle su mejilla... Con solo un segundo más... para besarla toda una vida.

Héctor.

Saturday, March 19, 2016

Si Contigo.

Quisiera regalarte una sola estrella, porque la Luna ya esta comprometida, muchos la ofrendan, la regalan, pero solo existe una , en cambio, esa estrella, guapa, brillante y misteriosa, encaja con tu personalidad, se codea con la elegancia que distingue tu caminar, es solo para ti, es toda para que puedas en ella hacer tu santuario, tu recinto y tu nido de amar.

"Yo aquí, escribiéndote. Tú allá, borrándote..." Sentencia enunciada por Sabines, quien soslaya la misma partitura de temor y susto, la partitura en que me encuentro en pleno coro... Mejor sigamos envolviendo esa estrella en plena estación de primavera, en pleno invierno aparcado en el juglar que lleva tu nombre, que lleva tus minutos y tus sonrisas. 


Ah pequeña de mis ilusiones, qué grande que eres, como un titán, enorme en bondad, una galaxia de amor, eres todo para mi corazón. Quién pensaría alguna vez, que conocerte me cambiaría enteramente, que nunca sería yo el mismo que antes fui, que me re convertiría en dador de poemas, en ensayista de rimas y en orador de prosas versadas, quién se iba a imaginar que tus palabras se quedaran impresas en mi memoria, que tus caricias se convirtieran en la frecuencia que entiende a mi cariño y que tanto por hacer aun lo tenemos en el apunte de nuestros futuros vividos. 


Mientras tanto ¡Ding dong!, suena el timbre de la puerta, y es que tocan, llaman para que salga a platicar la palabra divina, como siempre te he dicho, acostumbran interrumpir mis nostalgias favoritas en ti. Salgo y atiendo, solo fueron unos pocos minutos, me traen la "Buena nueva", pero mi buena nueva eres y has sido siempre tú, y evoco el mandado aquel, el de que tu felicidad es la mía; No encajo en el cuadro de sus creencias; no entiendo la vida lineal, la vida sin ti, si contigo respiré el aire más puro del planeta, si contigo toqué el cielo con mis manos, si contigo comprendí que el amor verdadero llega cuando menos uno se lo espera, pues se necesitó de un segundo para conocernos, de unos momentos para querernos, una noche lluviosa para amarnos y pasaré toda una vida, intentando olvidar olvidarte...


Héctor.

Friday, March 18, 2016

Rutinas.

Cómo quisiera tener siempre al alcance de mis manos un papel o un espacio donde escribir mis mejores ideas en ti... A lo largo del día, a lo largo de la noche, vienes fulminante a mis pensamientos, a mis recuerdos... Pensamientos que me arrastran como el agua del río, que me llevan cuesta arriba y ceden toda la alquimia de mis deseos en uno solo, para soportar el ritual de invocarte, y que nunca te manifiestes.

Todos los días se debe de tener algo que contar, un poco qué decir, sin embargo, no tengo mucho en mi maleta, todo se quedó guardado en tu hermoso morral que desconozco si aun lo usas, si lo tienes o ya lo has extraviado, como se te extravió mi corazón...

Prefiero ignorarme un poco, dejar de hacerme la víctima, que en este cuento no existen víctimas, que en esta fábula no hay moraleja, solo raspones y marcas de aquella, nuestra noche, de aquellos besos que aun conservan su etiqueta en el empaque, de esas caricias ardientes y pasionales, de esas hermosas palabras, como vapor humeante, en el hervor de la sangre...

... Prefiero invertir mis segundos que me restan de vida, en considerarte la mujer más bella, hermosa Guadalupe, que jamás haya visto, que nunca haya imaginado que existiera; eres ese balance perfecto, de belleza exterior e interior, porque más allá de tu porte, de tus hermosas curvas, de tu diminuta cintura, tus exquisitos labios y tus colinas que tanto infarto me han causado, tu sencillez, tu aura de buena gente, tu bondad y tus valores, son detalles que me dieron la luz, por eso te he dicho que cuando me topé con tu luz, me topé con la verdad de la felicidad existente, y el tino del bien vivir señalando tu rostro y figura, y signados tus nombres en la posteridad de todos, absolutamente todos mis recuerdos.

Y mientras tanto me siento a escribir, me siento a pensar, a soñarte, a seguirte amando como te amo mujer, a segur añorando que antes de partir, seguro estoy, que algún día te volveré a sentir, te volveré a besar y nos volveremos a encontrar, porque esto que hoy es un flagelo, es un sentimiento que durará permanentemente y tengo la fe y creencia que mis besos volverán a la guarida de tus labios, de que mis manos moldearán de nuevo tus formas, que mi respiración será tu aliento y que mis ojos se reflejarán en el espejo de tus ojos... Tranquila, todo estará bien...

Héctor.

Thursday, March 17, 2016

Volví a Saber de ti...

Y volví a saber de ti, cuando menos quería hacerlo; no quería saber de tus pasos, no quería saber de tus sonrisas y del retazo de tus ojazos.  No deseaba concederle a mi consciencia, un dejo de tus diarios dilemas, quería partir la vida entera que sostengo en este cautiverio de tus rondas y tus diarios ajetreos, ignorando qué ha sido de tu vida, para así imaginar mis propios escenarios en que te tenga pintada como un aura divina, como un edén mágico en el que todo lo que encierra tu nombre, tus rumbos y tus anecdóticas tardes o mañanas, sean en el océano de tus misterios, que consagrando la máxima que reza, es mi adicción favorita.

Volví a saberte, para bien o para mal, me llegó un aroma del perfume de tus rutinas, me consideraron para compartirme qué es lo que haces de tu vida, cómo sobrellevas el mundo sin saberme y sin leerme, cómo has canjeado nuestra felicidad, a cambio del vértigo estéril de vivir diariamente en una automatización mecánica, como robot, como cadáver del amor, como un plástico de la emoción... como vivo yo.

Yo no quería saberte, no porque no te ame, por Dios, muchas veces, después de tanto y tanto tiempo, te he sostenido en mis garabatos, lo mucho que te amo, lo mucho que te venero y te pienso, y cuánto más te extraño; no, no quería saberte, por el hecho de que mi herida aun está en carne viva, porque mi alma aun se mantiene como un péndulo que oscila a la deriva, por lo mucho que dedico del día a pensar en qué será de tu día, y hoy que sé la respuesta a mi inquietante pasatiempo, enjugo que no tengo más en qué invertir mi desdicha, pues te sé, malogradamente, pero te sé, y eso me tienta, y eso me sofoca, me extrae mis instintos básicos, y me deja parado en medio de la avenida, en todavía más soledad...

Mi alabanza hacía tus besos, a tus hermosas formas y tus bellísimas facciones, no terminan aquí, solo que tengo que comenzar a re idear un nuevo esquema mental, para alinear la idea de saberte, aunque sea a cuenta gotas, y que me sepas ¿Cómo te convenzo de que no encontrarás a nadie en el mundo que te ame tanto como yo? ¿Qué acaso no te diste cuenta del gran clic que tuvimos los dos, que ambos somos el uno para el otro? ¿Qué somos dualidad, como la arena y Mar?¿Es tan complicado mirar al cielo y encontrar respuestas de las estrellas, de las nubes, de la luna o el sol? ¿Es tan abstracto el poder de mi amor, que no has podido encontrarle la forma al corazón que lleva mi nombre y a su vez tu nombre en una rodaja de miel y nuez?

Por lo pronto, me quedo en la vereda, en el llano de tus ajetreos diarios, en el sendero donde no sé si debo retroceder y seguir fingiendo que aún no te sé, o acudir ''casualmente'' y forzar una coincidencia en ti... No, no lo sé; mientras ubico mis próximos pasos, te confío que no he parado de escribir, que mi obra maestra ya está por la mitad, que si me he perdido de esta ruta de lectura, ha sido porque no he logrado sustituir el dulce que has dejado impregnado en mis labios, con tus exquisitos besos, y que si me encuentro a veces perdido, es porque he salido a la cruzada de hallarte en este camino, de encontrarte en mis mañanas, aunque seas solo una referencia y un dicho de quien te ha ubicado en el mapa de mis activos, y te ha borrado de la incertidumbre de mis eternos acertijos...

No quería saber de ti, pero cuánto agradezco a nuestro creador, y a quién me confío tu proceder de todos tus días, sea quien sea, fuere quien fuere, el poder saber de ti, aunque yo me encuentre perdido, buscándote y solo mi cuerpo articulado se mantenga en pose de vivo, y hoy sepa mucho menos de mi...

Héctor.

Tuesday, March 15, 2016

Y Ahora Qué!

Esto es un poco de lo que lo sentí el día en que te marchaste, el día en que comenzó mi éxodo en el mundo; la tarde en que comencé a errar mi camino... La noche en que comencé a extrañarte tanto o más, de lo que nunca a alguien extrañé, de lo nunca nadie jamás en toda la historia habida y por haber, alguien te extrañó... Mar.

Y Ahora Qué-

No sé por dónde comenzar,
¿O ya se me acabó mi tiempo,
Si hay algo que aun pueda hacer?

Ya todo lo que diga o lo que haga,
se me va a quedar pequeño,
Y a pesar de lo vivido,
vuelvo a tropezar de nuevo,
sin darme cuenta estoy a ras de suelo.

... Y ahora necesitas tiempo,
¿Cuánto tiempo de hace falta?
Yo tengo la vida entera,
¿Y ahora qué?
¿Qué piensas hacer?

Yo sigo en el empeño,
¿Qué piensas hacer?
Yo sigo en el empeño,
¿De qué me vale?
Solo yo te estoy queriendo.

¿Y ahora qué?
¿Qué viene después?,
Ahora que recuerdo,
me dejaste con lo puesto y te da igual.

No sé si pueda continuar,
creo que me van faltando las fuerzas,
no hay más remedio que aceptar,
que lo que más quieres,
normalmente es lo primero que se va.

Y conservo en mi memoria,
cada abrazado recibido,
cada beso que me hacía pensar,
y ahora necesitas tiempo,

¿Y yo?
¿Cuánto tiempo necesito?
Para ver si un día te olvido,
¿Todo se irá tal como vino?
Y simplemente ya te vas...




Cuando Seamos Gatos...

Y alcanzaremos las estrellas de un rasguño; arañaremos al cielo de la pasión que se hurga entre nuestras bocas, y besaremos con ronroneos de amor cada rincón de nuestros cuerpos... Cuando maullemos, daremos un recital de intensa emoción y devoción del uno por el otro, de tus reflejos felinos me beberé una copa de inspiración, y de tus curvas sensuales, me restregaré hasta al sacio de mis inconmensurables sentidos felinos, como un recuerdo que vuelve y frota tu mente, como un viento que se estaciona en nuestro lejano presente.

Danzaremos en todos los techos, surcaremos las bardas de nuestros cuerpos, agilizaremos cada sentido nato de cazarnos en juego, de casarnos en serio, como salir de mañana con frío y en ayunas, como salir a tu persecución y que me persigas, como recordar a cada instante que eres mi tazón de alimento y mi bebida favorita, como almidonarme la piel con tus caricias y en mi rincón favorito, hacer tu esquina preferida... Pero siempre amándonos sin olvidarnos, sin pretendernos menos, o más, siempre buscando mi aroma predilecto que el olor que emana del perfume de tus mejillas, y que tanto amo, aun cuando gato...

Y como humanos no estamos, nos hemos perdido en la marea espesa de tecnología, en el concreto de prisas y poco tiempo, en la urgencia de llegar pronto a la oficina o en tu dedicación de siempre concluir esa tarea y que sea bien traducida... Pero perdidos, extraviados del uno y del otro, con la boca seca de tanto pronunciar nuestros nombres y olvidar nuestros rostros, con la hiel de no sabernos y sentir que todo fue parte de un lejano y hermoso sueño. Con la consigna de pensar que tus labios son los labios más exquisitos que jamás haya besado y que tus caricias y mis caricias en complemento, son la fil armónica orquestando la ópera de nuestros recuerdos...

...Y quizás nos encontremos, en otros caminos, en otros senderos, cuando la brisa arrulle nuestras alturas y bailemos en el tejado, despertando al vecindario entero, cuando brinquemos al árbol, cuando estrechemos nuestros abrazos, cuando juntos nos entreguemos en mil besos y sin ningún adiós que nos deje al viento maullando... Quizás en otro cielo, quizás en otro universo, quizás en otras vidas... Cuando seamos amados, cuando seamos estrellas, cuando seamos entre los dos una luna, cuando seamos un solo océano, y frecuentemos el mismo Mar... Si, quizás en otra vida... cuando seamos gatos.



Héctor Eduardo.

Saturday, March 12, 2016

Un Segundo... Y Nada Más.

El recuerdo de tus ojos surge, cuando me has dejado de mirar... El recuerdo de tus labios está en mi, cuando me has comenzado a besar...

Un segundo pensando en ti, es una eternidad para mi inspiración... Una eternidad dedicada a la inspiración que me regalas, es una vida de alegría y de ilusión.

Tu sonrisa, tus mejillas, tu chichón en tu frente y tu labios firmes, son el extracto ideal de la octava sinfonía, de la arquitectura perfecta, de la sincronía de vida y perfección, de la prosa que es poesía y rima toda mi devoción...

Tus recuerdos viven en mi segundo a segundo, tus manos finas aun rozan las mías, tus ojos a través de esos cristales, aun ciernen cada brillo de eterna ilusión, de eterna cofradía con la felicidad, la felicidad que representará que seas por siempre mi más grande amor... Mi Mar.

Héctor.

Friday, March 11, 2016

Lluvia de tus Labios...

Y la lluvia resbala, moja, empapa... Alguna vez caminé dentro de las cortinas de la lluvia, manteniendo una felicidad de andar, sin rumbo, pero feliz, pero sin ti, conociendo tu existir, desconociendo tu paraje... Algo similar a los cuentos de hadas, a las leyendas que nos profesan cuando niños.

Y hoy soñé que te encontraba y soñé que me mirabas, que platicábamos, que reíamos a carcajadas, que me arropabas con hermosas palabras, con una taza tibia de té, con un croissant de los que tanto te gustan, con fritangas de queso que tanto te envician. Y te soñé, no sé si fue un segundo o diez, si fue solo un episodio continuo o una efímera evocación, pero te soñé, y más loco y convulso después de ese hermoso sueño quedé.

...Ya casi no encuentro las palabras, creo que es por haberlas utilizado casi el cien por ciento de mi acervo; palabras que te describan y transmitan este gran amor que por ti siento; no sé si en estos sueños en que te tengo, en que pruebo esos besos que ya había sentido, en que rozo esas, tus manos que ya he rozado en esta vida, en que vivimos esas cosas de nueva cuenta, que ya habíamos vivido, me hagan sentirte más y más en mi, y el resultado final es no dejar de pensarte, no dejar de añorarte, aunque sea en el papel de un retrato, que es donde siempre te veo, y quizás siempre ahí te encontré.

No cesa la lluvia; tanto en mi interior, como en el exterior, la lluvia no cesa, no para, no da tregua... Así como este aire de cargo de conciencia, de esta asignatura pendiente de saber que yo te perdí, por que no fuiste tú, no que va, fui yo quien no supo apreciar el valor de tu amistad, le di más realce y fuerza al poderío de tu amor y en consecuencia, fui yo quien perdió tu gran amistad, te perdí completa y enteramente, tuve el cielo en mis manos, la gloria de Dios en tus manos, pero quise toda la mortaja y te perdí; pero siendo sinceros, en veces creo que te llenaste de verdad, al pedirme distancia y tiempo, al pedirnos vivir la vida en un siempre que dure solo un tiempo, solo vivir emociones en silencio, los sentimientos y las caricias guardadas en el anaquel del destierro, eso es un amor para siempre, y mi amor para ti no es un siempre para solo un rato, es un juramento que no se puede romper nunca, nunca, nunca...

Y con esta lluvia que nos inunda, que nos eleva a cinco metros sobre su cielo, que nos lleva más allá del arcoiris y tus recuerdos,  y sus nubes, y su fresca humedad, y su arroyos y charcos, y su olor de romántico andar, es cuando me siento y prefiero comenzar a recordarte, dando fiel voto de acción a la palabra, a la promesa de siempre recordarte, de siempre llevarte conmigo, en mi corazón y en mis momentos de inspiración, en mis momentos de real dicha y de profunda abnegación; porque por más que lo creas o no, eso da igual, lo importante es que sepas que mi sentimiento no tiene final, que es más grande de lo que puedes pensar, es un amor que se niega a morir y por lo que aun vivimos y lo que nos falta por vivir, en mi lluvia y en mi cielo amor, siempre serás mi oleaje y mi naufragio, mi vela y mi arrecife, mi coral y mi suspiro... Te veo venir Mar, y yo siempre te esperare, toma el tiempo que quieras, quizás uno o cien años más, pero de tus labios, para siempre me volveré a empapar...

Lluvia que cierne de dicha y reflexión, sobre tus labios y nuestra redención...


Héctor.

Un Reencuentro de los no Esperados.

Estamos condenados a ser felices, cadena perpetua de felicidad... Sentencia dicha, emitida y acuñada en los momentos más sin sabores, en la sociedad de mis reflexiones sin sentido, aquella gran etapa de universitario... Cuando antes escribía cuentos y pequeñas novelas, todo se maquillaba más sencillo, hoy me topo con la sed saciada de tu ausencia, pero, con la fe muy ancha y gruesa de la esperanza... Deja te explico por qué; Yo lo conocí a él, mi hermano, mi mejor acompañante durante mis años en mi alma matter, mi colega, mi compinche y mi secuaz en muchas y muchas vivencias juntos (recuerdo la vez que empujábamos su carro, porque se apagó en medio boulevard, y por la inclinación de la pendiente, el carro tomó más velocidad que la nuestra, siendo caótico el final).

Mi gran amigo, profesó su devoción por una sola, por ella, la mujer que es su condena, la mujer que es su felicidad, y preparamos todo el escenario, editamos un video que quedó (a palabras del maestro de Edición) de corte comercial, en el cual el día de su cumpleaños, de ella, su posible amada, todos los compañeros, amigos y alguno que otro entrometido la felicitábamos y la joya de la corona, cuando al final de dicha edición le pidió ser su novia... El comienzo de una gran historia...

Comenzó todo miel sobre hojuelas, pero ella, al ser el ente dominador, optó por ser el norte en la relación, crasa sentencia, como anemia a la caricia, como decaída de la concordia en la pareja, las cosas comenzaron a tomar un rumbo complicado, sin embargo, él en su eterno amor, resistió mucho, mucho resistió, yo lo vi, nadie lo contó, sufrió como sufre el enamorado, y finalmente, todo terminó... El nunca volvió a ser el mismo, lo perdí, mi amigo transmutó, se convirtió a la oscuridad del ambulantaje del amor; pero no se olvida, ni con mala memoria no se olvida un gran amor... Hoy, más de doce años después me dice mi gran hermano "ya es mi novia otra vez". Me dio felicidad inmensa por él, también por ella, pero muchísimo más por mi...

A ver si me explico, por mi, por la pena capital que vivo hoy en día, por la agonía de la incertidumbre que no sabía si te volvería a ver de nueva cuenta; me siento dichoso, inundado de alegría, esto es un mundo de oxígeno de fe, de esperanza y consuelo, un bálsamo de sosiego, porque si él, después de tanto tiempo la reencontró, un reencuentro de los no esperados, ahora yo, para bien o para mal, tengo mucha esperanza, aun no es tarde para regresar a tus brazos, para volver a respirar tu aliento, para sofocarte de mi loción e ir a la par, en el mismo camino y sendero.

Tengo más fe que un jardín sin semillas, tengo más esperanza que pronto te encontraré y me darás una sonrisa de regalo, y yo te obsequiaré un beso en tu mejilla. Tengo tantas cosas que contarte y quisiera que fueran en la calma de una plaza, en el malecón de cualquier playa, pero siempre con la notoria euforia de saberte en mi novela en vida, en mi historia escrita... Eres un suspiro que tengo ahogado y en el suspiro de mi dicha, te tengo que volver a decir, pero en persona esta vez, cuánto te amo Mar de mi vida.

Héctor.

Wednesday, March 09, 2016

Caracoles.

En el confort de un sofá, uno supedita su inspiración y su vehemencia a sobremanera; con los píes helados de tanto andar, con la frazada de tus recuerdos, con el temple de tu mirada y con la inquietud que otorga tu calma... El verdadero juicio de amor, es haberte encontrado, haberte amado y soportar el habernos extraviado.

Cuento cada uno, en su cuenca gasterópoda, los caracoles que me sembraste en la planicie de mi pasado, palpando su tersa textura, arropando a mi tacto en sus húmedas espirales que agazapan mi inspiración, irritando mi piel con el filo de tus recuerdos, irritando mis recuerdos con el plano de tu papel... Esos caracoles, que le dan mareo y vértigo a mi corazón, que le sientan un precedente de alegría y vacío, de tristeza y melancolía que me alegra la vida, son el fruto maduro de nuestro encuentro, de nuestra aventura junto al mar, nuestro Vesubio en medio de tanta yerba, en medio de una alcoba, en donde solo nos arrojamos los dos, a la pasión y al amor.

Veo la forma de los caracoles y encuentro muchas formas en su forma; como un rostro que exhala su aliento; como el árbol que enrama su incipiente tronco a su robusto follaje; como un cometa con su estela en el cielo; como la luna contemplando en silencio, todo lo que soy y lo que debo, todo lo que no tengo y el cuánto te recuerdo... Lo que más percibo en esos Caracoles decembrinos, en esos Caracoles que me has vertido, es el aroma de tus besos, es la esencia de tu cuerpo, es el perfume de tu pausado respirar, de tu quedo hablar, de tu solemne mirar, del asertivo sustantivo que pronuncias, de lo que callas y lo que piensas que tanto te ha hecho dudar...

Como las espirales de esos Caracoles, hemos fraguado nuestros destinos, hemos conspirado en contra de la voluntad y el designio divino, criminalizado el sentimiento y hecho fugitivo al cariño... Hoy en día, deseo mucho de la vida, deseo que de un giro, como las curvas de los Caracoles y me ponga de nuevo en tu camino, que me coloqué en el centro de tu mapa y seamos de nuevo en uno solo el destino; deseo entre tantas cosas que me dibujes estos Caracoles a raudales, que sean no cientos, sino millares, que toda la tinta entera sea nuestra sangre unida, que los Caracoles griten que eres mi vida, que se reproduzcan en cada una de las hojas que nuestra vida les comparta.

En la cascada de Caracoles que me has heredado, me empapo con el agua que densa con la brisa del suave contacto de tus manos, del armónico recorrido de tu voz cuando escribes y la llovizna que emiten tus labios cuando me susurres estas líneas, aunque hace siglos, hace milenios que no me leas, que no me pienses y que no me recuerdes... En tus Caracoles yo me encuentro habitando cada momento que engrandece más tu eterna grandeza, en tus Caracoles te encuentro, en cada recuerdo que perdura para hoy y para todos mis mañanas, de que alguna vez fuiste mi amada princesa... En tus Caracoles curvo los ciclos infinitos del tiempo, haciendo arte con las distancias y los recuerdos, creando paradojas de repeticiones de los mejores momentos que hemos vivido, en los que siempre por los siglos de los siglos...  Yo te amaré.


Caracoles que circundan nuestra existencia...


Héctor.

Monday, March 07, 2016

Relámpagos a Cielo Abierto.

Es un mágico espectáculo de la naturaleza el que la lluvia nos inunde copiosamente. Es un verdadero milagro todo el proceso Físico - Químico que debe de procesarse para que al final de toda la línea de producción, esa gota de agua, llegue y moje tu hermoso rostro... Ahora que lo veo en retrospectiva, me doy cuenta que solamente una vez te vi siendo bañada por el cielo en su derrame celestial, solamente una vez compartimos las lágrimas del cielo, rozando tu rostro, dando forma a tu cara cuando caían y te mojaban, en ese, nuestro aquel día.

La lluvia incesante no deja de caer, en el cielo hay un gran conflicto familiar, pues sus gotas reflejan que han notado la ausencia de su ángel más hermoso, han encontrado el cautiverio de tu lejanía, gozando tu prófuga huída y bendiciendo a quien te rodea con la luz de tu existencia y gloriosa compañía. Eres el cielo abierto que me cubre de brisa por la mañana, eres el fresco que me cimbra de madrugada, eres la serena calma antes de la tormenta, eres el arcoiris que surge entre la lluvia y su clemencia.

Entre tanta lluvia y nubarrones, entre tanto viento helado y deseos de refugio a clima templado, nada me moja, nada me enfría, nada me entumece, solo el rastro de tu sonrisa, solo los charcos de aquella vez que vi tus lágrimas correr por tus mejillas, solo la precipitación de tus enojos, y la salida de tus costas cuando te marchaste olvidando mi olvido. Aunque esté a cielo abierto, los relámpagos con que has encandilado mi vida siguen con sus rastros seculares, el escalofrío que cursa mi columna, como trueno que impacta en campo abierto, es el copioso sentimiento de amor y apología que hoy vivo pensando en tus huellas, pensando en la tormenta que aun llevas resbalando en mi chamarra, en la lluvia que has mojado dentro de mi alma.

Entre tanta gota de la lluvia que me hace entrar en trance, entrar al diluvio de tus besos en mar adentro, me declaro en veda de tus besos, me declaro ausente de tus pensamientos y me declaro fiel devoto de tu firmamento... Mar de mis tormentas, Mar de mi cielo abierto.




El Cielo amenazante con arrojar cada una de tus lágrimas, dentro de mi pesar.

Héctor.

En su Luna...

Estuve contando cada una de las estrellas que no miraba en la fría noche... Le tomé cariño a muchas de ellas, en todas recordaba su nombre, su brillo, su solemne frío y su peculiar corona de luz plateado y azulado. Nunca antes le di tanto valor e importancia a una luna clara, clara como la transparencia que ella dejaba en mi, en cada una de las mañanas cuando la veía, ruborizada por mis palabras de poesía, ruborizada por aceptar mi compañía.

En una madrugada, a media luz lunar, se fermentan muchos pensamientos, muchos sentimientos, entre los cuales sobresalen la melancolía, la añoranza y la lejana pero presente nostalgia. En cada brazo de las tenues y marcadas nubes que se enraman con el firmamento y las estrellas danzantes, escondo un sentir que lleva cada letra de sus nombres, cada vocal y consonante esculpiendo sus rasgos que tanto la caracterizan, pero que hoy hacen que viva el duelo de lo que nunca fue, de lo que nunca se inició... Sabiendo ambos que éramos para los dos, sabiendo ambos que el amor nos tocó, pero nunca esa puerta se atendió, sabiendo ambos que como la luna que me observa y me rige, atestiguando mis tristezas, siempre estuvimos mirando, siempre solo nos esperamos, pero jamás llegamos a encontrarnos.

La luna sigue cobijada en medio de muchas nubes, sigue siendo víctima del amor de ellas que no la dejan un minuto que se acomode y vista sus galas, sigue viva en el brillo de su mirada, como cuando a ella le hablaba, como cuando a ella la abrazaba. Con su palidez de luna, con su hermosura y brillo cuando la besaba, con su cara reflejando siempre la misma cara, su hermosura ilimitada, su rostro como bandera de plata y del amor, para cubrirnos con su manto de hermosas palabras. Su presencia era mi luna, su presencia siempre ha sido mi luna, mi faro que guía la oscuridad de cada paso que daba, de cada paso que aun doy. Sus ojos y sus mejillas, sus cabellos castaños y sus labios color carmín, como un arrebato de la pasión entre la luna y sus estrellas que la circundan, su nariz de menguante y sus manos como cometas, su cintura en fase creciente y el marco de sus hermosas piernas en la periferia de su luz y marcando su cercanía a mi alma, a mi corazón... Marcando su distancia que hoy me asfixia y me hace perder toda la razón... Con sus mareas bajas, con sus mareas altas, por su creciente y total aproximación

Cuando yo encontré su rumbo, su camino lunar, yo me encontré con la verdad, me encontré con el amor y toda su humildad, me topé con el brillo que me iluminó en solo una fase lunar, me topé con el cielo nocturno, iluminado por sus mágicas estrellas y concluyendo que como ese mes, ese periodo lunar, ningún otro mes... Un mes de eterna felicidad...


Luna que me muestra, durante cada noche de su presencia, que alguna vez ella, mi amada, fue en realidad mi menguada alegría.



Héctor.

Friday, March 04, 2016

En la Península de tu Amor...

Extiendo la mirada y me encuentro con la infinita línea del horizonte, justo donde no alcanza más la vista, justo donde no alcanza más la mirada... En una mañana fría, me tropecé con el milagro de saberte, coincidí con las Pléyades que dan forma a tus facciones, a tus rasgos característicos de princesa, de diosa, de plebeya, de reina, de realeza... de mujer.

En la península de mis emociones, recorro suavemente la brisa marina, le abro las cortinas a la fina capa de niebla que me estropean tus recuerdos, que nublan mis emociones; esta bandada de nubes, me hace reflexionar sobre tu eterna transparencia, sobre tu gran palidez de hermosa ninfa, de titán, de sirena... Eres lo que mas quiero en la vida ¿Y cómo es que te puedo querer si no te tengo en la vida? ¿Y cómo te puedo calzar de cariño y hermosura sino te encuentro y te tengo perdida? ¿Y cómo puedo asumir siquiera, que te he perdido, cuando nunca antes nos encontramos?

En la tarde de mis mañanas, recorro en vehículo la caravana de tu magistral y colosal hermosura, recorro cada capa, cada poro, cada milímetro de la carretera de tus recuerdos, y encontramos juntos, en cada uno de ellos, los mejores besos nunca antes ofrendados, los mejores abrazos, las mas húmedas caricias, las palabras mas hermosas jamás antes dichas, o escritas, la veneración más fiel y leal que nunca jamás podrá humano en el mundo encontrar, el amor más tierno y verdadero, y la prueba de fe, la prueba de voluntad más interminable, más perpetua que cualquier ser pueda apaciguar...

En la península de tu amor, me he topado unos corales con las huellas marcadas con tus manos en mi espalda, en mi cabello, mientras me sostenías para que besara tus labios, para compartirnos el alma en nuestro aliento, para surcarnos nuestra pasión de cero a cien, de un instante a unas horas, de unos días a muchos siglos... Me he topado con los caracoles que se encierran muy atesorados en la rodaja del bolso de mi pecho, pegado al corazón, que es donde te llevo, pegado en mi pasión, en mi carácter y en tu línea de recuerdo... En la península de tu amor, me he topado con la arena que aun tiene tus píes marcados en la duela de la antigua oficina, con las marcas que dejan tus pasos, y con las enormes alegrías que me brindaste en el mes que nos abandonamos... que me dejaste, en el mes en que nos enamoramos...


Vista a tu Mar...

Héctor.

Caprichos del Corazón.

Vista al mar, al océano infinito de agua, calmante pacífico que da mil vuelcos de alegría a mi pacífica alma... Cuando ella me dijo que necesitaba un tiempo, por más que sus labios enunciaron una fecha a corto plazo, en mi interior conocía que la sentencia sería perpetua, magistrada por parte de una corte que no apela a mi corazón, que solo edicta juicios en base a ejercicios de conocimiento y razón.

El valor de extrañarle tanto, es el consecuente de lo que es su persona ¡Oh Dios! Su persona, qué linda es, si la conocieran a ella, tan menudita, tan tierna y bonita, tan bien creada, como alabastro divino, como marfil de escultura, tan confortante, como manzanilla a mi clima; extrañarle tanto es sintomático a su excelencia divina, ella, Mar, fue un parte aguas en mi burda existencia, le dio un toque real de razón a mi vida y me enseñó que nunca hay que dejar de vivir sin tener amor, por eso fue que desde que la conocí, aquella lejana tarde del lunes veintitrés de noviembre, fue cuando tuve esa visión, me rendí ante su hermosura, cual azucena clara, cual atrio evangelizando mi alma.

Y es que  cómo decirle que no a cada una de sus palabras, cómo borrarla de mis sueños si en mis sueños es cuando más le amo y más le quiero... Entiendo que fui yo el último en llegar a esta historia, entiendo que su lejanía es bastante clara, que es muy contundente la delgada línea de amarme u olvidarme, y creo bien, que en este guiñol, mi personaje ha sido olvidado y esta antología de pensamientos y retratos de su vida son solo partituras de mis memorias que yacen inspiradas en la hermosa historia que pudo ser si ella tan solo me hubiera ofrecido en un espacio de su vida.

No sé qué grado tengo ya de resignación, creo que está a punto de llegar al cien, pero el corazón no entiende, no sabe de contar, si es que hay uno, para el corazón eso es igual y es por eso que prefiere mil veces compartir antes que perderla, funcionando en los matices de mi vida, amando los amarres de mis días... Ella me ha bailado en mis pensamientos, me ha calado hasta los huesos, me ha transformado desde mi antes hasta mis después, ha expuesto la mejor de todas mis versiones, la del ser que ama, esperando nada, la del ser que sufre y limosna un toque de su mirada, la del ser que es mendigo de sus caricias y un esclavo de sus besos... ¿Cómo decirle que no la amo, cómo decirle que no la quiero, cómo decirle que en ella es en lo único que pienso, cómo olvidarla de mi tiempo, cómo dejar de contemplarla y cómo dejar de venerarla?

Pero el corazón insiste ¿Qué será lo que le diste? que no es capaz de hablarte en tercera persona y tiene que personalizar sus palabras para que entiendas lo que te amo y que nunca podré dejarte de amar...

Héctor.