Tuesday, April 19, 2016

Han Pasado Tantas Cosas.

Han pasado tantas cosas... Mis ojos se han secado, mi cabello he recortado en varias ocasiones, mi acento se ha vuelto mas pausado, los lugares por donde camino se han sumergido en nostalgia, las cosas que he vivido, como pensarte de madrugada, o el acordarme de ti en el almuerzo o en la cena, o las sonrisas y carcajadas que obsequio a un buen chiste o una buena broma... las palabras que te he escrito de devoción y ternura, de alabanza y tanto recuerdo, si, han pasado tantas cosas, menos tú.

Muchas veces te presentí, supe que algún día pasaría por alguien como tú, que te conocería y para siempre te amaría; siempre comprendí que no mucho duraría, siempre que pasan tantas cosas en tan poco tiempo, se vuelve todo tan 'intenso' y tan repentino, como un resfriado, como un mal del alma. He sido muy intenso en la vida, tú has sido un faro que ha iluminado la noche en que vivía, me has dado esperanza, de haberte encontrado una vez, creyendo que podré encontrarte otra vez y otra vez, siempre que te busque y siempre que te espere, siempre que te recuerde y siempre que te sueñe... Siempre te sé, siempre investigo en mi alma cada paso que das, cada escena que vives, cada momento de tu grandeza, cada decisión que tomas; en todas te sé, porque el alma, el corazón y la fe se entienden y se hablan por otra frecuencia, en otro canal de comunicación, en donde solo se conectan las emociones más intensas, las sensaciones de cariño y alegrías enteras... El verdadero amor.

En algunas mañanas me ha sucedido, que me siento a quererte escribir, que me pongo a un 'envío' de conectar un mensaje directo contigo, o que me detengo en la orilla del vértigo de presionar el último dígito de tu número de localización, pero siempre me detengo, siempre me colapso antes de contactarte, siempre me ofusco de anticipar tu respuesta, predispuesto a no saber y seguir en la miseria de tu ausencia, resfriado de no verte y por supuesto, de no escuchar tus palabras que tanto te caracterizan y te hacen tan única, una en un millón, sin duplicado, como te he dicho antes, como tú no han nacido dos mujeres... Y entonces borro el mensaje, o cancelo la llamada, y me pongo de pie, abandono el sofá y hago de la nada una distracción para simular que no te recuerdo, para asociarme al olvido como un traidor, aun cuando tanto me esfuerzo por olvidarte, que es por ello mismo que no te olvido.

Han pasado tantas cosas... Pero en mi tristeza, no has pasado tú.

Héctor.

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