No encuentro qué decir, con el telón de esta tragicómica obra de ficción, me he quedado sin manuscritos que relaten mis iliadíticas idealísticas historias... Mejor me guardo la última sílaba de mi acervo de líneas para pescar alguna palabra de tu diccionario, en donde me he pasado de largo cada definición que conjure tu nombre, tus ojos y tus labios.
Cuando nos besamos en exceso, sin parar, faltaron los besos y sobraron las ideas, sobraron los estigmas y la intensidad que arrebata y asusta, sobro cerebro, pensamos de mas! y hasta el día y momento en que escribo esta carcomida línea, no hemos procesado y dejado de pensar, sería mejor solo amar, sin pensar tanto; en lo planeado, en lo olvidado, en lo que cierne la ilusión y ensalza la esperanza... en tus besos, con esta diarrea de palabras y una verborrea de conceptos, con anemia de acciones e inanición de esos mismos besos.
No te pienso cuando puedo, por lo general, la mayor parte del día me sostengo pensando en tus días o en tus noches, en tu compañía en el seno de mis emociones; en el cuadrante de mis distancias, pero siempre condenado a amarte aunque hayas olvidado que debías olvidar olvidarme... Solo te pienso sin parar.
Y siempre te pienso Mar y siempre anhelo un día de estos o de aquellos, poder vivir tu regreso.
Héctor.
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