Con sueño y deseo de recibirte, de darte una bienvenida a mis noches, de reinaugurar el templo sagrado de tu alma, de cosechar el fruto divino que entregas cuando amas, de beber de tus mañanas para mantenerme en conserva, para endulzar un sombrío panorama y para despejar con nubes el cielo a plena madrugada.
A veces caígo en somnoliencia, como en este momento... Entre abro y cierro los ojos y no te he vuelto a ver.
Héctor.
No comments:
Post a Comment