Thursday, May 26, 2016

Ya Pasaron los Meses...

Y me dejaste con la marea de sensaciones en el acantilado de todo este vacío. Todo un holocausto de emociones, saberte para perderte, reconocerte de nueva cuenta solo para que me dijeras adiós, sin importar un poco lo que uno es como persona, lo que uno siente y lo que uno se plantea de vida, de sueños y expectativas.

Me siento como un ladrón de sueños, como un malhechor que tiene como pecado amarte tanto, y solo agacho la mirada mientras tu te vas ¿Por qué me insistes en no insistir? ¿Por qué me atrapas en sentir de nuevo tu indiferencia, la hiel que demuestras a este, tu siervo, que solo se vanagloria a si mismo de haber probado de tu miel, y haber caído sucumbido en tu adicción.

Esto no puede ser, vuelvo a la etapa de la negación, vuelvo a la carga de sofocarme en la avalancha del escenario de tu olvido ¿Con qué libertad me lanzas a los leones? ¿Cómo has podido olvidarme de facto, cuando tú antes me pediste que nunca te olvidara y no lo he hecho y no lo haré?

Fue agridulce saber de ti, fue placentero cruzar caracteres, cruzar ápices binarios entre tus deseos y mis temores, entre mi fantasía que viste y calza tu nombre y el miedo y rechazo que lleva mis formas y mis pasos... Estoy dispuesto a esperar la nada, a esperar el infinito de tu tiempo, la calamidad de mi sordera y cegada hambruna de ti, de tus palabras y tus abrazos. Luego de aguantar tantas distancias, puedo soportar otra más de tus distantes aclaraciones, puedo dejar de insistir en no insistir, puedo dejar de cuestionarme lo que no me había cuestionado... Y lo que quieras contra lo que yo quiera, no lo quiere nadie, solo quien no ha querido... Y yo he querido mucho, pero sé que en algún momento, todo pasará... Y sin embargo, ya pasaron los meses, pero no pasas tú.

Héctor.

Friday, May 20, 2016

Solo te Pienso.

No encuentro qué decir, con el telón de esta tragicómica obra de ficción, me he quedado sin manuscritos que relaten mis iliadíticas idealísticas historias... Mejor me guardo la última sílaba de mi acervo de líneas para pescar alguna palabra de tu diccionario, en donde me he pasado de largo cada definición que conjure tu nombre, tus ojos y tus labios.

Cuando nos besamos en exceso, sin parar, faltaron los besos y sobraron las ideas, sobraron los estigmas y la intensidad que arrebata y asusta, sobro cerebro, pensamos de mas! y hasta el día y momento en que escribo esta carcomida línea, no hemos procesado y dejado de pensar, sería mejor solo amar, sin pensar tanto; en lo planeado, en lo olvidado, en lo que cierne la ilusión y ensalza la esperanza... en tus besos, con esta diarrea de palabras y una verborrea de conceptos, con anemia de acciones e inanición de esos mismos besos.

No te pienso cuando puedo, por lo general, la mayor parte del día me sostengo pensando en tus días o en tus noches, en tu compañía en el seno de mis emociones; en el cuadrante de mis distancias, pero siempre condenado a amarte aunque hayas olvidado que debías olvidar olvidarme... Solo te pienso sin parar.

Y siempre te pienso Mar y siempre anhelo un día de estos o de aquellos, poder vivir tu regreso.

Héctor.


Tuesday, May 17, 2016

Cartas.

No alcanzo a distinguir el horizonte, se ha nublado desde que te marchaste, se ha vuelto confuso y con poca línea visual. Debe ser por la falta de alcance que tiene mi mirada, no que va, no es la mirada, no es el rango visual o los efectos de mi cada vez más avanzada edad, es simplemente por la falta de tu claridad, por la presencia que hoy en día es ausencia; por tu emotiva carta de despedida, inconclusa, tan magnifica, tan elocuente y perfecta, porque al quedar sesgada del total de sus líneas, me has dado píe a que yo la concluya, a que le termine las oraciones restantes y que ensaye sus posibles finales; en verso o en rima, en soneto o en forma de cuento, de mil formas y en ninguna quizás, como tenga mi estado de ánimo, en los momentos de dicha y en los momentos de extrañarte más.

Esa carta es mi pasaporte a la dicha, es mi horizonte con claridad, es mi brújula que me guía en esta veda de tus palabras, en este canal que solo recorre un sentido y que me deja afónico de tanto gritar tu nombre Mar, de tanto pronunciarte como un acontecimiento lejano, como un milagro que me sucedió solo una vez, como una sola oportunidad divina de cruzar las puertas del cielo y encontrar tu semblante y tu deslumbrante sonrisa dándome la bienvenida. Esa carta es sinónimo de tu ternura y mi audacia, de tu cariño y mi ingenio, de tu entera filantropía con mi corazón y las veces que te dije que eres mi amor, es porque el recurso del amar está en mi, todo en mi y para ti... Solo que mis cartas no llegan a tus ojos y mis líneas se extravían en el mar de nebulosas horas en el tiempo... Mis cartas, mis escritos se pierden en la naturaleza de su existencia, pero mi amor, mi devoción por ti por tu persona, por quien eres y por todo lo que has representado desde aquel noviembre venti cuatro en que te conocí, no se nubla, no se borra; podrán haber muchos horizontes y  nubarrones, pero este sentimiento de amor y tristeza, de devoción y eternidad, no se nublará nunca, aunque pasen otros cien días más.

Héctor

Monday, May 16, 2016

Aunque no nos podamos ver.

Puedo pasar por semanas o décadas enteras, sin que mantengas rastro de mi existir, la última vez tardamos treinta y tres años sin vernos, bueno, treinta y tres para mi, tan solo diecinueve tuyos... El tiempo que he hilado sin parar en tratar de encontrarle fin a los puntitos que brillan en el cielo por la noche, intentando contar cada surco de cielo oscuro, plateado con la bóveda pálida de estrellas, y su luna menguada destilando llanto con solo unos cuantos pellizcos de melancolía y tristeza.

Intento contar más estrellas y no logro enfocar mi vista en ellas, solo concibo recordar el sofocón en mi vida cuando nuestro primer beso, el morder apasionadamente tus labios, cayendo en el deseo, cayendo en lo prohibido que es dictado por quienes no se han besado, por quienes no han degustado la exquisita delicia de tu aliento, empalagándome para toda una vida, convirtiendo mis ansias locas de  ti, en un celibato de emociones en donde la única presencia en mi vida, será tu ausencia, tu espacio, sin ti... No sé qué hacer después de que te conocí, no sé si volverás o yo iré, no tengo tanta imaginación, y mucho menos tanta fe, pero me guardo la ilusión, para acercarme a tu paraíso, de eso estoy seguro.

Despacio y sin apuro, con calma sazono en mi mente tu desnudez, tu playa entera, tu mar, mi Mar, tus caderas y su oleaje ajetreado, tus pechos y su agitado respirar, tus besos y mis besos, tus manos en mi cuello, y cada palabra que de aquella noche guardo para sacarla y entregártela como ofrenda, como tributo en agradecimiento por haberme concedido el honor y el placer de amarte tanto, de tanto que te amo, aunque no te pueda ver... Aunque no me puedas ver.

Héctor.

Wednesday, May 11, 2016

Una Legua de Amor.

¿Seré de piedra? No, no lo soy; no lo soy, porque siento desde que te siento, porque extraño cuando, amada mía, extraño desde que tengo el divino regalo de haberte palpado, de haberte abrazado, de haber rozado tus labios con los míos, de haber ensayado mis líneas obtusas inspirado en tu llana mirada, en tu profunda sonrisa, cautivo de tus cautivantes ademanes, y siendo solo un ciervo de tu conciencia.

No, no soy un artefacto articulado, soy mucho más, soy aquel que sostiene la mirada, enjugada en la lágrima que no corre, con solo escucharte invocada; soy el que se hiere a si mismo cuando sale lastimado con la salpicada escaramuza que representa conocer tu extensa existencia; si, soy mucho más, soy el que llueve cuando acampó en tus muslos y los besó, el que tomó tus muñecas mientras apresaban mi nuca, acercando más y más mis labios a los tuyos... Soy una legua de amor, soy un millaje de recuerdos y un estribo de sin sentidos.

Si, si, una legua de amor, todo un basto camino muy sinuoso en el que se soportan muchas quimeras, muchas sensaciones de tanto amar, de tanto venerar tu presencia como si fueras una compleja fábula que se cierne en mis cabales y contra corriente te delimito los confines de las fronteras de mis pensamientos y mis inviernos con sus respectivas primaveras.

...A veces he llegado tan lejos sin ti, pero vuelvo la vista, sigues perteneciendo a mi costado, sigues dibujando esos caracoles eternos, sigues con tu lonchera en esa crepa que nunca antes probé, hasta que probé un poco de ti, mantienes tu constante soliloquio intentando convencerte de tus acciones; sigues estando en ese reducto universo repetitivo haciendo las mismas actividades, una y otra vez, tus mismas sacras manías que tanto me cautivaron y me pillaron desprovisto y con la guardia baja, pero que tanto amé contemplar, entretenido, entusiasmado, intrigado, enamorado...

Entre tantas leguas de amor, vivo en el encierro de preferirte más que a nada en este mundo, aunque solo sea tu recuerdo no favorito del gran amor que destilamos en aquella cabaña once cero uno... en solo una noche, antes de comenzar a vivir...

Héctor.

Saturday, May 07, 2016

Realidades.

La realidad es que ansiaba mucho conocerte; contrastarte bajo la pálida luna que nos platea las sienes, y puedo sentir dicha de haber tenido la oportunidad de intercambiar lenguas, de cruzar sonrisas y pellizcarnos la piel con pinzas, como felinos que se acurrucan para darse un acuse de vida, para emprenderse de feromonas de alegría...

La realidad es que no te olvido, y no te olvido por mediados de mayo, casi a la vuelta de tu esquina, como gendarme divisando esa silueta, tan pequeña y tan  cautivadora, tan titánica y vertiginosa, como un volcán, como un tulipán, como mis anhelos y como mis recuerdos que siempre te materializan rondando mi día y extrañamente extraviada, estando pero no estando, como recuerdo pero siendo el presente menos exacto... como oda de poesía, siendo solamente el tercer acto para bajar el telón y quedarme sentado en la silla.

Realmente suspiro de bruces y con las manos cubriendo mi rostro, con los espasmos de lo logrado entre tus labios, de haber cursado tu materia y haber reprobado; con la maestría de idolatrarte aun estando relegado, y de saber que en mi realidad, has sido la causante de que hoy vuelva a amar... Mar.

Héctor..

Wednesday, May 04, 2016

Mitos.

Y ya se fueron los fríos de enero, y llegaron las flores de mayo... Como dice la letra de la canción, he aguantado a lo macho, y siempre te llevo en el corazón...

He pensado mucho en ti, he visto alguna que otra foto tuya y tu recuerdo viene a mi, se apodera de mi ser, de mi conciencia y toma posesión de mis impulsos, luego me abraza el silencio del hueco que aun existe en mi corazón, ese hueco que delinea tus ojos, tus hombros, tus delgadas manos, tu cálido aliento, el marrón de tus labios y tu cintura que tanto aun quiero.

Los mitos existen, como ofrenda a las grandes vivencias y experiencias que existieron en los lejanos ayeres; los mitos tienden a exagerar, a manipular y a torcer la verdad, pero en este caso, eres la excepción que da certeza a la regla, pues cuando digo que no tengo aspiraciones posteriores a ti, es un hecho que tu eres el cielo que jamás volveré a tocar, que cuando digo que tu grandeza es equivalente a tu belleza y que esta pierde punto de medición, es porque el alcance de mis ojos se quedaron atrapados en el infinito de tu hermosura y más allá todavía; que cuando hablo de ti en tiempo pasado, colapso y genero la paradoja de que tú no te mides tiempo, pues eres omnipresente en mi vida, conjugando pasado, presente y futuro en un solo momento que es para siempre, que cuando digo que no volveré a amar nunca como te amo a ti, es porque mi alma sintió el velo y la brisa de tu alma, se conectaron para siempre, a pesar de que me creas lejano y etereo.

El mito más grande de mi vida lleva tu nombre Mar, lleva tus zapatos, tu morral y tus ilusiones; el mito más grande de tu vida, lleva cada línea de mis pasajes sin sentido, lleva mi corazón que ya no late, sino se mece esperando un beso tuyo; el mito más grande de nuestras vidas, es el gran amor que en una noche nos dimos, porque entre amar y amarnos existe un infinito de diferencia, porque amar es para cualquiera, pero amarnos, se dio, conspirando al sentido, revolucionando la teoría y amándonos para toda la vida.

Héctor.