De blancas mejillas,
tenue acento de café por la avenida,
a pesar de que el viento respira,
veo a tus ojos danzando con el sol a sus costillas.
Una silueta de mujer perfecta,
con siempre conversación y vacilada,
y es que el suchi y la comida francesa
son poca cosa cuando tú hablas.
¿Y por qué pasan siempre los minutos?,
pues si los minutos a tu lado son segundos,
¿y por qué el domingo contigo es finito?,
y es que un par de horas al mes son un insulto.
¿Y por qué te digo toda estas cosas?
¿será que acaso pretendo que me entiendas un carajo?
Solamente complemento esta apología,
discutiendo si tus cejas y tu cabello son fuera de la rutina,
y concluyo al pie de esta escritura...
diciendo que fue un placer comer contigo comida china...
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