Sunday, November 20, 2005

De largas y cortas horas...

Cuando uno enfoca su vida, su familia y sus que haceres diarios a una ''monotonía'', es cuando el cuento de las sorpresas cobra un sabor especial, un gusto dulce y se realizan los llamados milagros que tanto escriben los viejos.
Ayer, un día trivial, común, se convirtió de pronto en una alusión a cuentos de hadas, nomás que en esta fábula, la princesa después del toque de campanillas de media noche siguio siendo princesa y cobró un aire puro y fresco, como una Reina. Y un servidor, dejó atrás esas escalofriantes tardes al final de cada semana, por leer la historia real y verdadera de cómo un Angel llegó a toparse con un mortal y cómo ese mortal creyó que los sueños son la más alegórica realidad.
... Y el cielo se hizo finito, con un principio en noviembre y final al final de los días... Y la reina fue llamada reina desde entonces, por 3 horas, tres siglos enteros, una vida entera y cuatro existencias a su lado, lo que deja a este humilde vasallo postrado a sus píes y con la gran confusión de la verdadera existencia del tiempo al lado de la evocación y la deidad... Las grandes odaliscas y las grandes epopeyas a favor de esta Reina que suele ser la más contenta de las contentas y su mirar es ver ese estrellado de la noche, esa bengala que ilumina al zarpar y esta historia que vuelve a empezar dentro de esta odalisca. Saludos Reina, su imperio es un gran corazón, su corona es esa hermosa cabellera de frondosos rizos y la alfombra roja... un servidor que siempre le contará la forma de hacer que tres horas, sean tres vidas de alegría, que sean la completa eternidad una devoción a usted...

Saturday, October 29, 2005

Anochecer...

Es cuarto para las once de la noche... Como verás no tengo mucho que hacer, podría elejir entre dormir, ver una película o estar aquí pensándote, y me quedé con esta última... Te escribo porque mis dedos corren y recorren sin detenerse un sólo instante a pensar qué tanto dicen; recorren recordando como rozaba tu tersa y humeda piel, !ah tan lejano!, cuando tocarte era encontrar cielo en un par de miradas; era la afinación de mi desvencijada guitarra que ya no suena igual, y porque además el viejo mango, donde tantas tardes con mis desaparecidos loros, ya no está aquí, como tampoco lo estás.

Recuerdo cuando te encontré, por un Octubre maravilloso, como este, de Lunas distintas, bien dicen que las Lunas de Octubre son tan hermosas, y hermosa como Luna estabas allí, con tu piel pálida y blanquita, blanquita de puro amor. Te vi y me levanté de mi adormilada vida, descubrí más colores a mi grisacea existencia y llenaste de alegría tantos atardeceres, tantos amaneceres.

Fue magia y vida, luz y sonrisas. La magia que provocas, la magia que ya no está a mi lado. Solo atino a asomarme a la ventana, y mi vida está a tu lado, veo las estrellas claras, y a través de ellas, me doy cuenta que esa magia sigue existiendo, que a la distancia, allá lejos donde estés, seguirá emanando esa luz que solamente fuiste capaz de dar, porque si la vida nos ha puesto en lados distantes, debemos de sonreir, porque sabemos que lo nuestro es un triunfo, que fuimos los más felices, y en otros presentes, en otros paralelos, tú y yo aun nos amamos como ayer, como hoy y como mañana. Porque cuando fue tan grande el amor; la vida misma no es capaz de olvidar y de cerrar historias tan hermosas, tan auténticas... como la nuestra.

Héctor Eduardo

Thursday, October 13, 2005

Problemas Gauchos...

Cierro los ojos y veo una bandada de pájaros. La visión dura un segundo o acaso menos; no sé cuántos pájaros vi ¿Era definido o indefinido su número? El problema involucra el de la existencia de Dios. Si Dios existe, el número es definido, porque Dios sabe cuántos pájaros vi. Si Dios no existe, el número es indefinido, porque nadie pudo llevar la cuenta. En tal caso vi menos de diez pájaros(digamos) y mas de uno, pero no vi nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres o dos pájaros. Vi un número entre diez y uno, que no es nueve, ocho, siete, seis, cinco, etcétera. Ese número entero es inconcebible; ergo DIOS EXISTE.

Wednesday, March 09, 2005

Lleno el buzón...

Como siempre... No hay ningún comentario, nada que leer, nada que escuchar, nada que pensar, nada que platicar, no hay nada...

Friday, March 04, 2005

Sin nada en el estudio

Alguna vez escuché a un sabio decirme ''la gente es mala''... El adjetivo de sabio a este tipo se lo doy a partir de esta frase, porque por sus demás actitudes y aptitudes queda un poco distante del término dicho... La gente es mala para todo, para la vida, para la muerte, para saber valorar, para recordar lo no valorado, para dar cinco centavos a un mendigo y para leer lo que no tiene sentido... La gente es mala, porque la inercia de la misma vida, hace que el actuar constante sea en pro de un beneficio personal y no una comunión con los demás, cosa que orilla a llevarse entre las patas a unos y a otros... Seguramente tú me dirás ''Pero si yo nunca he caido en eso'' y yo te respondo, ''!Pues eres peor todavía!'' porque aparte de mala persona, eres mentiroso!... Oh, esa persona, un despilfarro de malos momentos, un sediento de la buena vida y consumidor ''Golden member'' de momentos críticos, un sabio que nunca debí escuchar, pues sé que de sus labios solamente nacen fállidas verdades y errantes afirmaciones de la vida, pero ese sabio atinó una sola vez a algo, y con saber esa verdad universal de las no buenas intenciones del ser humano, me doy cuenta que quiero mas a mi perro que todavía no tengo... Ya me cansó este viejo santo, sus ''sabias'' verdades son para la basura!, ya no le creo tampoco, mejor rompo el espejo y no vuelvo a hablar con él...

Thursday, January 20, 2005

Un Adiós que no Escuché...

NUNCA TE OLVIDARÉ.... PUES OLVIDARTE SERÍA COMO ENCONTRAR AL SOL DE NOCHE (ARJONA)

Un Adiós que no Escuché

Qué absurdo resulta no tenerte en el balcón de mis llegadas. En el sofá de las ardorosas noches que nos faltaron vivir. En la seguridad de los ‘te amo’ que acariciaron mi rostro hasta dejarme dormido en las faldas de ese amor que derramabas sobre mi alma extasiada. En el borde de mi cama, a orillas de mis ganas. "La eternidad no se aplica en el amor, como en el cielo", y vaya, ¡qué frase!
Me desangré en el campo de batalla por una guerra que me dio por perdido apenas parido. Qué ilógico, si poseo bajo la cama, un baúl repleto de húmedos besos por sobre la barbilla, de caricias bajo la línea de la cintura, de orgasmos amalgamados a un amor que era mutuo y era grande y era nuestro, un sin fin de fantasías, trescientas poses, trescientos y pico de días... y un te amo.
Qué tamaño desperdicio de sentires, si en el placard de mis esperanzas dejé escondido sobres desbordantes de fantasías y sueños con remitente en el brillo de tus ojos, en el calor de tus humedades. Si en el frasco de mis fuerzas quedó latiendo en agonía el deseo de seguir peleando a pesar de todo, a pesar de nada.
Qué despropósito tan humillante quedarme con tantas cosas y no tener nada, mirar a los ojos de un recuerdo y verme feliz como nunca, abrazar al vacío entre mis brazos y aún percibir tu aroma, recostarme sobre nuestra cama y sentir el calor de tus líneas.
Quema la nostalgia cuando el amor sobrevive en un solo pecho y hace nido con los despojos del después. Arruga a la frente de la ilusión, que envuelta en el pretérito de un ‘te necesito’, se torna marchita y pierde su esencia. Quiebra la espinilla de lo que soy para dejarme caer de cara al piso sin posibilidad de levantarme para buscarte.
Qué inútil resulta emplear entre tus cosas el verbo "extrañar" agregando "con locura", cuando bien se sabe, siempre queda algo tras los adioses arrancados con las oxidadas y contundentes tenazas del destino que es perro y cruel.
Tu cepillo de dientes se arrima a mi pasta dentífrica, mientras tus medias favoritas se entrelazan enamoradas a mis indecorosos calcetines con más agujeros que el techo negro de la noche...
El tequila golpea el fondo de mi vaso, con la misma devoción acariciara con su áspera palma de fuego a mi garganta sin palabras. La noche entierra a su luna en mi memoria y tres lágrimas forman un río en mis mejillas que serán océano uno de estos días.
Qué absurdo resulta no tenerte si hace apenas unas horas, el primer llanto de nuestro gran sueño estalló de entre tu nido con la furia de la vida, mientras el destino que es cruel y es perro, decidió dormirte para siempre, con los ojitos hinchados y la sonrisa tranquila tras un adiós que no escuché.

Héctor Eduardo