Tuesday, February 26, 2019

Madurez Emocional.

Siempre me he preocupado por lo que pueda sentir, por lo que impera en derredor de mi, en hablar siempre en primera persona y nunca habitar en los píes del prójimo, todo en medio de una verborrea llena de matices egoístas que contrastan plenamente con la convicción de ser un ciudadano ejemplar, ese buen sujeto que he creído ser. Lamentablemente, la madurez emocional nunca nos alcanza, porque siempre, por más que disfrace mi falso altruismo, mi verdadero yo sale a relucir, poniéndome la etiqueta de ser la víctima y al que el "destino", esa falsa epopeya que consuela solo a los débiles, le traerá consigo la honrosa revancha que sabré aprovechar... Qué patético, nada más falso que eso, nada más egoísta para incluso, con uno mismo.

La realidad es que siempre he estado y estuve a tus píes, pero nunca en tus píes, nunca me di la tarea de pensar o traté de sentir como sientes o te sentías en aquellos años, sino todo lo contrario, aproveché mis "millas" de mayor vuelo que tú para llevar la situación a esas instancias, solo que no consideré que queriendo ser el cazador, terminé siendo la presa, pues en esa trampa de dos vías el atrapado y herido fui yo (otra vez, hablando solo de mi). Pero qué hay de ti, supe por los allegados que aquello tuyo no continuó, y en mis momentos de lucidez, siento mucho remordimiento, mucha pena, porque en tan solo unas horas, de tu infinita bondad y confianza, desenmarañé algo que tenía muchos años de haberse forjado y construido... puesta en escena donde fui el villano que estriba en el guión. 

A letra escrita de culpabilidad manifiesta, he de decir, que en ese preciso momento, no sentí remordimiento ni duda de mi proceder, siendo más sincero aun, no he sentido aversión a mi moralidad, en relación a ese tema, hasta apenas hace 10 minutos que comencé el presente escrito. Desconozco si estoy dándole aires de tragedia a algo que quizás no fue malo, pero la tragedia radica que tampoco fue bueno, al menos para ti, porque seguramente si lo hubiera sido, aun estaríamos los dos. Sin embargo, traje lágrimas a tu rostro, traje angustias y pena, muy seguramente noches en vela, alguno que otro grito y finalmente un punto final a una historia que venía escrita con tinta de novela. Entonces, en este preciso momento, comprendo mi condición de Non Grato en tu vida, comprendo que peor que un odio, exista una indiferencia hacia lo que con tanto cariño recuerdo, y ese recuerdo en tu mente sea un momento de esos que no queremos... 

Por todo lo anterior, he decidido romper el plumón y restaurar una vida sin que exista el hoy o el mañana juntos, solo un corto y efímero ayer, de apenas un par de horas, que en lo emocional para mi fueron un par de vidas y un par de muertes... Las Palabras y los Garabatos seguirán, pero con otro sazón, en otro esquema de pluma y crayón, como epitafio a un capítulo que termina, y que se le da la vuelta para ver otras perspectivas que la misma vida trae para quienes en cada momento y en cada segundo, decidimos aprovecharlos para hacer mejor las cosas y con la pregonada madurez emocional que tanto alardeamos, poner en práctica para no volverle a hacer daño a nadie mas.

Héctor Eduardo.