Llegando a la vieja Tijuana, despreciada por muchos y extrañada por otros...
Estar varado (en medio de la nada) provoca reacciones alergicas y una sintomatologia muy especial en el organismo de un ciudadano clase media. Como por ejemplo Chronophobia (Cuando no puedes dejar de ver al tiempo atado a tu mano, sin darte cuenta que en el sitio en que estas no existe este concepto y este sustantivo) o tambien Movilitis (Frustracion de ver tu Movistar sin absolutamente un vestigio de señal) entre otras tantas manifestaciones.
Asi, el hecho mas sorprendente de todos, y hasta cierto punto mas inverosimil tambien... Un Capitalismo en la gloria de su agonia, donde apenas existe por el hecho de que esta Globalizado y no por ser una regla de vida. Donde el pescador, con tan solo un poco de hambre en su entrañas introduce su existencia en el basto mar... con esto ha resuelto sus problemas. Donde el chico de la calle con tan solo querer cobijarse del fuerte sol, toma como lecho la sombra de la palmera que esta a la orilla... Toda una añoranza.
Y otra vez de vuelta a la Tijuana odiada (al menos ese adjetivo le dan algunos). Donde la camara lenta de la atencion deja de existir, para encontrar personal en todos los anaqueles, en todos los modulos, los puestos, las cajas, las gasolinerias, hasta en la casa. Donde la Internet es el pan de cada dia, donde el bolsillo tiene un peso especifico, donde se encuentra la distincion de clase social disfrazada de democracia y sobre todas las cosas, el asfalto y el sonido del claxon como un suero a toda la diarrea que purifico al organismo cuando este estuvo de viaje.